La Palabra del Día: A Dios le Importa

08/28/2013

Por: Pastor Otoniel Font / Para Presencia

La gracia de Dios en la vida de Nehemías se basó en saber pedir. Llega el momento en que el rey le pregunta: ¿Qué quieres? Y Nehemías ora, y Dios le dice cómo pedir. Nehemías pidió madera primero para el palacio del rey, luego para la ciudad, y después para él. Y un copero terminó viviendo con madera del palacio del rey, porque supo pedir.

Pastor Otoniel Font. (Foto/Suministrada)
Pastor Otoniel Font. (Foto/Suministrada)

La mayoría de las oraciones de la gente en las iglesias es: Dame algo para mí, para después yo hacer por otro. Pero si quieres ganarte el corazón del rey, debes pedir madera primero para él, luego para completar tu destino reconstruyendo la ciudad, y después para ti.

Dice la biblia que el rey se dio cuenta de que Nehemías estaba triste. Una persona esclava es una persona que no necesariamente está físicamente enferma, pero está triste. Nehemías estaba triste porque lo que sus padres habían sido se había destruido y se había perdido, y él estaba viendo como la ciudad se consumía.

Quizás hoy tu corazón está triste, y cualquiera que te ve piensa que todo está bien, pero el que te conoce sabe que hay algo que quebranta tu corazón.

Tienes que entender que, aunque tú piensas que hay un montón de gente a la que no le importa, la realidad es que no a todo el mundo le puede importar lo que hay en tu corazón, porque no todo el mundo te puede ayudar.

A Dios le importa, y Dios va a poner a alguien que no tan solo le importe, sino que te pueda ayudar. Dios sabe lo que ha quebrantado tu corazón, y está esperando el momento correcto, en el lugar correcto, para posicionarte con la persona correcta que se va a dar cuenta, y va a proveer para tu vida.

Esto no ocurrió en la vida de Nehemías en cualquier momento, sino cuando el vino estaba delante del rey. El vino representa revelación. Donde único tu corazón debe ser mostrado es donde hay vino, donde hay revelación, porque el mundo no te puede ayudar.

La casa del Señor es el lugar para derramar tu corazón, porque es el lugar donde esta el vino y donde está el Rey.

A Dios le ocupa lo que entristece tu corazón.

Lo que quebranta el corazón de unos, no es lo mismo que quebranta el de otros. Hay quienes pueden perder un trabajo y no hay problema, pero hay otros para los que ese trabajo significaba todo. Hay quienes pierden un familiar y pueden trabajar con la situación, pero hay otros a los que la separación de un familiar ha amargado toda su vida.

Pero, aunque lo que quebrante nuestros corazones no sea lo mismo, tenemos el mismo Dios. Y lo grande es que él no va a permitir que tú pases toda una vida, con un corazón quebrantado.

Nehemías encontró alguien a quien le importaba lo que quebrantaba su corazón, y no tan solo le importaba, sino que podía hacer algo.

Dios quiere hacer algo por ti.

Nehemías se atrevió a pedir cartas de aprobación que franquearan su paso, y que franqueran su destino.

Nehemías era un simple copero, con una carta. Pero cuando alguien se le metía en el camino, él sacaba la carta y a un simple copero de un rey, que andaba con una carta, tenían que abrirle el camino, y franquear su paso.

Vas a recibir cartas, Dios va a posicionarte en una zona franca, una zona donde no se paga impuestos, una zona de libertad para caminar.

Más adelante, Sanbalat envió cartas para desacreditar a Nehemías, pero ¿qué carta es más importante, la de de Sanbalat, o la del rey? La carta de Sanbalat no tiene nada de poder ante la carta del rey.

Si te llega una carta de despido, hay una carta más grande que te dice que hay promoción y aumento.

Dios te hizo libre para soñar, y te va a posicionar en el lugar correcto, para que aquello que ha quebrantado tu corazón sea arreglado, y sea financiado.

Lo que esta carta le dio a Nehemías fue la mano benéfica de Dios sobre él.
Hay una mano benéfica sobre ti. Mientras puede haber una mano negativa metiendo la mano en tu negocio, metiendo la mano en tu familia, metiendo la mano en tus finanzas, hay una mano benéfica de Dios sobre tu vida, y esa mano no se ha acortado, esa mano es la que hace la diferencia, esa es la mano que posiciona todas la cosas.