Por: “Kako” Vazquéz

CAROLINA – Al igual que Don Quijote de la Mancha el campo corto  boricua Carlos Correa está viviendo una gran aventura cada vez que sale jugar el campo corto de los  Astros de Houston. Aunque no tiene un Sancho Panza a su lado como escudero este joven posee algo muy importante en la vida de un ser humano,  valía y determinación. Su ascenso a las mayores  fue paulatino para un joven que recibió una gran  tajada al estampar su firma. Todo el mundo esperaba que el joven boricua se destapara desde el comienzo bateando cañonazos y atrapando serpentinas blancas alrededor del campo corto.

Pero no fue así para el nuevo Quijote boricua, la señora paciencia toco a sus puertas para que su viaje al estrellato tuviera las fibras suficientes  para sobrevivir en la jungla del Norte.  El tiempo y la espera darían la razón, la escena estaba preparada, el final de las aventuras a nivel  de  Ligas Menores termino. Llego el ansioso llamado hacia la aventura mayor luego de un peregrinaje de luchas, esfuerzo y dedicación.  Al igual que Don Quijote cuando vio los grandes molinos  Correa acepto  el gran  reto ganándose el respeto de todos por las  impresionantes cosas que ha hecho en su nuevo entorno deportivo, las Grandes Ligas.

Hay una frase muy cierta: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”,  cuando volteas hacia atrás vez el camino que dejaste hecho,  pero volteas hacia  el frente  y tienes que hacer uno y este se forma con tu elección de vivir la vida,  tus decisiones y las cosas buenas o malas que se asomaran a tu vida.