Columna: Abolición, la Junta y Afrodescendencia

22 Mar

Por Antonio Carmona Báez

Año tras año, cada 22 de marzo las fuerzas patrióticas del país conmemoran el día de la abolición de esclavitud en Puerto Rico, aprovechando el simbolismo de la fecha para protestar contra nuestra condicional colonial. Durante los últimos dos años, estas manifestaciones se han identificado con la lucha contra la ilegítima deuda pública de la colonia (Deuda=Esclavitud). Este año la manifestación será dirigida hacia la Junta del Control Fiscal y el gobierno minoritario de Ricardo Rosselló, que insiste en seguir los dictámenes de ese cuerpo no elegido.

(Foto/Suministrada)

Seguramente estamos en tiempos de movilización y de resistencia contra el neoliberalismo colonial, sobre todo cuando el gobierno se está planteando seriamente el desmantelamiento del sistema UPR, recortes draconianos al seguro público de salud y el saqueo de nuestras pensiones de retiro. Recientemente vimos como la deforma laboral eliminó gran parte de nuestros derechos adquiridos. No hay de otra: hay que resistir, desobedecer y paralizar el país hasta que haya justicia. Habrá que violar la ley, así como nuestras antepasadas violaron leyes para garantizar su libertad. 

Claramente existe una relación entre la deuda colonial no auditada, las medidas de austeridad que imponen la Junta sobre el pueblo de Puerto Rico y nuestra continuada esclavitud colectiva. No obstante, utilizar el día de abolición para señalar que el pueblo de Puerto Rico sigue esclavizado como colonia corre un gran riesgo. Es el riesgo de ocultar problemas raramente visibilizados y muchas veces ausentes en el discurso soberanista: la opresión estructural por razón de raza, clase y género que todavía predomina en nuestra sociedad. Bastaría tan solo una mirada superficial a la población que ocupa las comunidades más desaventajadas, las cárceles y los empleos menos remunerados del país para reconocer la existencia de una estructura que continúa privilegiando un color de piel sobre el otro. El racismo puertorriqueño, al igual que su sexismo, no es producto de nuestra relación con Estados Unidos, sino el resultado de dinámicas de poder internas. 

Propongo que el día de la abolición sea un momento de protesta pero también de reflexión colectiva sobre nuestro ayer, sobre el legado de esclavitud y sobre las condiciones en que se encuentran aquellos sectores de la población que continúan viviendo los efectos de esa opresión centenaria. El día de la abolición debe ser el día de los negros afrosdescendientes, de los pobres y de las mujeres, precisamente aquellos sectores que serán más afectados por las medidas de austeridad. Todas y todos sufrimos las crisis de la colonia, pero algunos han sufrido y sufren más que otros. El colonialismo es experimentado de formas variadas. Mientras marchamos juntos contra la esclavitud contemporánea y contra la deuda que no es nuestra, no podemos olvidar nuestro propio colonialismo interiorizado.

Antonio Carmona Báez es profesor de Ciencia Política en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras y ex-candidato a la alcaldía de San Juan por el Partido del Pueblo Trabajador.