Consejos útiles de fin de año

12/27/2013

Por: José A. Delgado Ortiz
Director Ejecutivo de la Comisión de Seguridad en el Tránsito

Las últimas semanas del año son las más preocupantes y  complicadas en la agenda del Gobierno para salvar vidas en las carreteras. Sencillamente es así por la naturaleza festiva de las Navidades. Resulta, por eso, más que pertinente traer a la atención pública en números crudos los estragos fatales que provoca el alcohol dondequiera, para tal vez así mover la conciencia de cada puertorriqueño de que nadie está ajeno a convertirse en una víctima fatal más de los borrachos.

(Foto/Archivo)
(Foto/Archivo)

Datos recopilados en la Comisión para la Seguridad en el Tránsito, revelan que cada año mueren sobre 1.2 millones de personas en choques alrededor del mundo causados por el alcohol, en ocasiones asociado a la  velocidad y la negligencia. Esto equivale a más de 3,400 víctimas diarias, a las que hay que sumar entre 20 millones y 50 millones más sufriendo graves lesiones que rondan los $518,000 millones anuales en gastos médicos.

Aquí en Puerto Rico, estudios recientes nos ubican como el segundo país en consumo de alcohol per cápita en el mundo, con aproximadamente medio millón de compatriotas “ejercitando excesivamente el codo”. Esta nada honrosa distinción tuvo su parte en los casi 43,000 choques que se registraron en el 2012, equivalente a 826 semanales, 118 por día, y 5 por hora. Completa la estadística del año pasado un saldo de casi 86,000 heridos y más de 360 muertes, de las cuales un 45 por ciento guarda relación directísima con las bebidas embriagantes.

De paso, también el año pasado, la Policía emitió 6,192 boletos a conductores bajo los efectos del alcohol, número que aunque elevado, está muy por debajo de la realidad que vivimos en nuestras carreteras inundadas por los borrachos.

De continuar esas tendencias aquí y allá, los choques de tránsito con la ebriedad como principal detonante, bien podrían llegar a constituir la quinta causa de muerte en el mundo para el 2030. Conviene entonces seguir poniendo frenos y trabas al alcohol en las carreteras.

Resumiendo, las estadísticas representan en, esa gran evidencia que podemos mostrarle a la ciudadanía para tratar de persuadir a los conductores sobre los graves riesgos de las bebidas embriagantes, y que aprendan a tiempo la lección de otros para que no se conviertan en una estadística fatal más. Que no se albergue la falsa impresión que en la Comisión para la Seguridad en el Tránsito pretendemos coartar el derecho al sano disfrute de estas Navidades. Nuestra exhortación es a pasar la llave si vas beber en las navidades. Por el bien de todos, vale la pena.