De las tinieblas a la luz

19 Aug

Por Livio Ramírez del Ministerio Dios Habla Hoy
www.dioshablahoy.org

El Señor Jesús usaba en sus enseñanzas el término tinieblas, refiriéndose a los que vivían en pecado, y el término luz para los que le creían, le seguían y le servían. Tinieblas, es sinónimo de oscuridad; luz, es sinónimo de lámpara. Es natural que cuando andamos en la oscuridad, busquemos la luz. En el evangelio según San Juan 8:12, el Señor declara: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. En una ocasión, un predicador  oyó la voz de Dios que le dijo: “Mi siervo, quiero que mañana a las cinco de la madrugada subas al púlpito y prediques un sermón, y hagas el llamado.”

Livio Ramírez foto/ suministrada
Livio Ramírez
foto/ suministrada

El predicador argumentó con Dios de que a esa hora no habría nadie a quien predicar, pero el Señor insistió en su mandato. Ante esa insistencia, el predicador obedeció y al otro día, a las cinco de la madrugada predicó un corto sermón e hizo el llamado: “¿Alguien quiere recibir a Jesucristo como su Salvador y Señor?” Como no había nadie en los bancos, se disponía irse, complacido por haber seguido las instrucciones del Señor, y pensando que Dios obra por senderos misteriosos. Entonces observó que la puerta que conducía al sótano se abría y salió un hombre con la mano alzada, y dijo: “Yo deseo entregar mi vida a Cristo.”

Luego de orar por el hombre, el predicador le pidió que le explicara lo sucedido. El hombre le contó que la noche anterior, estando borracho y cansado, pasó frente a la iglesia, y notó que la puerta estaba abierta; entró y se dirigió al sótano. Allí durmió toda la noche hasta que lo despertó la voz del predicador hablando de Cristo, y cuando escuchó el llamado, sintió que le estaba hablando a él, y no pudo resistirse. El hombre comenzó a asistir regularmente al templo, y a tomar las clases bíblicas. Se regeneró por completo, y más tarde lo nombraron diácono; estudió en el seminario; y cuando el pastor que le hizo el llamado aquella madrugada se retiró, lo nombró pastor de la congregación. Luego este hombre fundó varias iglesias, y le puso como nombre Concilio de Iglesias De las Tinieblas a la Luz.

Los creyentes somos exhortados en las Sagradas Escrituras, a andar como hijos de luz. Así como la luz natural da vigor y salud al cuerpo, así la luz de Dios da gozo y fortaleza al alma. Somos llamados a resplandecer como luces en el mundo. Sobre cada creyente en Cristo descansa una gran responsabilidad pues no debemos empañar el brillo que debe caracterizarnos. El Señor Jesús dijo: Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz,  porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. (Jn. 3:19-21) Hoy el Señor te exhorta a salir de las tinieblas a la luz admirable de Cristo.