Descartan “soluciones mágicas” para Sistema de Retiro

09 Apr
(Foto/Suministrada)

SAN JUAN – La vicepresidenta de la Cámara de Representantes, Lourdes Ramos, dijo el lunes, que “no hay una varita mágica” para salvar las finanzas de los Sistemas de Retiro del gobierno, pero ninguna solución o alternativa puede poner en riesgo la salud y estabilidad de los jubilados.

“Yo estoy disponible para tomar pasos constructivos. Pero nunca para ignorar el efecto adverso sobre una decisión tomada para cuadrar números y con total indiferencia al dolor humano”, acotó Ramos en declaraciones escritas.

Afirmó que pueden barajarse un sinnúmero de opciones sobre cómo ir atendiendo de manera estructural y escalonada, soluciones que fortalezcan las arcas de dónde se pagan las pensiones públicas. Pero en el análisis, el sufrimiento humano, las necesidades de cuidado de salud y la calidad de una vida digna en la vejez, no pueden estar supeditadas a meras estadísticas frías.

“Yo lo que le he pedido a la Junta de Supervisión Fiscal es sensibilidad y mesura. Cuando hablan, afirman que todos tenemos que estar en el mismo bote. Pero cuando actúan, tiran a la deriva a los jubilados”, expresó.

Dijo estar consciente de que ninguna medida será perfecta, como tampoco contará con el cien por ciento de apoyo entre todas las partes.

“Una cosa es esa, que es la dinámica en toda discusión entre partes, y otra que se siente uno en un escritorio con un lápiz, papel y calculadora a restar y seguir cortando. Estamos hablando de vidas”, indicó.

La también presidenta de la Comisión cameral de Sistemas de Retiro – y una de las legisladoras más versadas sobre el tema-, manifestó que la actual Administración está conteste en tomar todos los pasos y mecanismos necesarios para asegurar la estabilidad de los Sistemas de Retiro y proveer para su financiamiento.

Pero insistió, que ninguna medida puede ser tomada sin sopesar el impacto que pueda tener sobre aquellas personas que ya prestaron servicio al pueblo y que confiaron que en su vejez, no iban a estar desprovistos de un sustento que garantizara su amparo.

“Esto no es simplemente sentarse en una oficina mirando el paisaje y decidir si hay dinero para una tanda de cine o tomarse un latte o un frappé. Aquí cada centavo que le quitas al jubilado es dejar un medicamento sin comprar, limitar su alimentación a dos o una sola comida, como mantenerlos a oscuras y en la desesperanza”, manifestó Lourdes Ramos.