El Apolo 11, el viaje a la luna y la conexión boricua

21 Jul

SAN JUAN – Hace 46 años el hombre pisó por primera vez la superficie de la Luna.

“Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”, dijo el astronauta norteamericano Neil Armstrong al momento de dejar esa primera huella sobre el satélite terrestre.

El hombre en la Luna. (Foto/Suministrada)
El hombre en la Luna. (Foto/Suministrada)

Aunque el alunizaje tuvo lugar el 20 de julio de 1969 a las 20:18 UTC (Coordenada Universal de Tiempo), no fue sino hasta seis horas después del evento –a las 2:56 UTC del 21 de julio – que Armstrong salió del módulo lunar “Eagle” para convertirse en el primer hombre en pisar la Luna. Además de consignar su presencia en el satélite plantando la bandera de Estados Unidos, durante la breve caminata de apenas dos horas y media Armstrong y su compañero de misión, Edwin Aldrin, recolectaron 47.5 libras de materia lunar (muestras de suelo y rocas) antes de abandonar la polvorienta superficie para regresar al módulo de comando pilotado por el Comandante Michael Collins.

Apenas ocho días después de haber salido de la órbita terrestre, los astronautas de la misión del Apolo 11 regresaron a la Tierra, y tras su regreso es que quedó configurada la conexión boricua en el histórico viaje; uno de los astronautas de la misión había vivido parte de su infancia y temprana adolescencia en Puerto Rico.

En agosto de ese mismo año, pocas semanas después del regreso de los tres astronautas, el entonces presidente de Estados Unidos Richard Nixon ofreció una cena de estado en su honor. A la cena fueron invitados los gobernadores de los distintos estados, incluyendo al entonces gobernador de Puerto Rico Luis A. Ferré. De acuerdo con el reconocido columnista político del periódico El Mundo, Eliseo Combas Guerra, debido a la muy cercana relación entre el gobernador y el presidente republicano, éste distingue a Ferré al llegar hasta su mesa acompañado del piloto del módulo de comando Michael Collins, quien le saluda muy efusivamente.

Ferré habría de recordar más tarde los comentarios de Collins sobre “los maravillosos años que pasé en Puerto Rico” durante su infancia, y en donde supuestamente voló por primera vez.

En su columna “En torno a La Fortaleza”, del 20 de agosto de 1969, Combas Guerra señala que Collins es el hijo del Mayor General James Lawton Collins, jefe del Ejército de Estados Unidos en Puerto Rico durante la Segunda Guerra Mundial. Durante el tiempo en que su padre estuvo al mando del ejército norteamericano en la isla, el joven Michael estudio en el Colegio St. John, en el Condado, y en el Colegio Perpetuo Socorro, en Miramar. Según Combas Guerra, en 1942 Michael fue Rey Momo Infantil del Carnaval Ponce de León y del Escambrón Beach Club, simultáneamente.

Cuatro meses después de su encuentro con Collins, Ferré recibiría algunos fragmentos de las rocas lunares recogidas por los astronautas a manera de regalo de Nixon. Junto con las diminutas rocas encapsuladas en acrílico, el presidente entregó a Ferré una bandera de Puerto Rico que había viajado hasta la Luna con la tripulación del Apolo 11, y dos placas.

La primera de las placas leía: “Esta bandera de su estado fue llevada hasta la luna y traída de vuelta por el Apolo 11, y estos fragmentos de la superficie lunar fueron traídos a la Tierra por la tripulación de ese primer aterrizaje lunar tripulado”. La segunda placa leía: “Presentado al pueblo del Estado Libre Asociado de Puerto Rico por Richard Nixon, presidente de los Estados Unidos de América”.

Las rocas lunares, la bandera y las placas estaban montadas sobre una base de madera que se exhibía originalmente en el área del túnel que da acceso al patio interior de la Fortaleza, en donde iniciaban los recorridos turísticos de la Mansión Ejecutiva. Hoy día las placas han desaparecido pero las rocas y la bandera se conservan en la Tiendita de Santa Catalina, la tienda de regalos de La Fortaleza.

(CyberNews)