El liderazgo y las soluciones

31 Mar

Por: Juan F. Cruz Torres
jubilee@jubileepr.com

Hablar de soluciones a los problemas que nos aquejan, al igual que criticar a quienes las proponen, es como el ombligo, todo el mundo tiene la suya, y parece ser la orden del día en una sociedad como la nuestra. Lo que he aprendido es que, como dicen en nuestro argot pueblerino: “Una cosa es con guitarra y otra cosa es con violín”.  Una cosa es “Se avecina la tormenta y otra es, me atormenta la vecina”.

JUan Cruz Jubilee
Juan F. (Foto/Suministrada)

Es interesante escuchar a veces los programas de análisis en la radio, y la cantidad de personas proponiendo cuanta cosa se les ocurre, con tal de conseguir pauta, escucharse, darse terapia y tener catarsis.

Quiero compartir algunas cosas que pueden abonar a la solución, consciente de que no existen ni baritas ni fórmulas mágicas a los desafíos que como colectivo tenemos por delante.

  • Ser una figura significativa en la vida de nuestros niños y un mejor ejemplo. Esto incluye: padres, abuelos, educadores, líderes recreativos y comunitarios, eclesiásticos y toda figura de autoridad.
  • Disponerme a hacer trabajo voluntario. Muchas entidades sin fines de lucro en este momento están limitando sustancialmente sus servicios a los más necesitados por falta de recursos humanos y económicos. Puede ser centros de cuido y apoyo a:Mujeres maltratadas, envejecientes, niños huérfanos, Liga Atlética Policiaca, albergues de mascotas, hogares de rehabilitación para adictos, protección del ambiente.
  • Practicar la honradez. Si como sociedad vivimos a la altura de lo que predicamos y somos íntegros, bajarían las pérdidas en el gobierno y en las empresas privadas por robo, lo que reduciría significativamente los costos relacionados y esto se reflejaría en contribuciones y precios más bajos.
  • Asumir responsabilidad: Proponemos cuidar de manera proactiva nuestra salud, estar más atentos a dónde andan nuestros hijos cuando salen, apoyar la seguridad vecinal participando en actividades de prevención en la comunidad.

Hablemos claro, no se trata de una utopía, se puede lograr. Los mejores líderes han aprendido que siempre va a ser mejor encender velas que maldecir la oscuridad. Que no es suficiente con respetar el “No pise la grama” o sea, cumplir con la ley y pagar las contribuciones. Tenemos que tomarlo personal.

Concluyo invitándote a que hagas tuya esta máxima que puede ser de gran ayuda en el deseo de legar una mejor generación al planeta y al País: “Dentro de cien años, poco importará cómo estaba mi cuenta de banco hoy. Tampoco será relevante la casa donde viví o el auto que conduje. Sin embargo, sé que posiblemente el mundo será mejor si me ocupo de ser alguien importante en la vida de mis hijos”.

Pidamos sabiduría de lo Alto para que seamos luz, personas que honren a sus padres y a nuestro Creador, y figuras significativas y valiosas en la vida de nuestros niños. Después de todo, si no lo eres tú, ¿a quién le cederás esta suprema encomienda?