El propósito de la vida

13 Aug
(Foto/Suministrada)

Livio Ramírez
Ministerio Dios Habla Hoy

El mensaje bíblico, según el doctor Billy Graham, el más grande evangelista en estos tiempos, es estrictamente un mensaje acerca de Cristo. Dios nos creó a su imagen para que vivamos en armonía y comunión con Él. El ser humano, la corona de la creación, no está en la tierra por casualidad. Dios puso aquí a cada hombre y a cada mujer con un propósito; y su vida no estará nunca realizada y completa hasta que el plan de Dios se convierta en el fundamento y en el centro de cada vida. La Biblia dice que hemos sido separados de Dios porque intencionalmente le hemos vuelto la espalda a Cristo, y estamos empeñados en vivir nuestra vida sin Él. Eso es lo que teológicamente hablando significa pecado. Es escoger nuestro camino, en lugar del camino de Dios; es no darle a Cristo el primer lugar en nuestras vidas.  La prueba de esto está en todo lo que nos rodea; en el caos moral y espiritual que vive el mundo.

Pero el mensaje bíblico declara que, a pesar de todo, Dios nos sigue amando. El apóstol Pablo dice: Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. (Ro. 5:8) Así que Dios anhela perdonarnos para que vivamos en comunión con Él. El Señor quiere llenar nuestra vida de significado y propósito; Él quiere que pasemos la eternidad junto a Él en el cielo, libres para siempre del dolor, del pesar y de la muerte de este mundo. Dios ha hecho todo lo posible para reconciliarnos con Él. En el plan de Dios, con su muerte en la cruz, Cristo pagó la culpa de nuestros pecados, tomando sobre sí el juicio de Dios que merecíamos nosotros. Pero por su resurrección, Cristo rompió las cadenas de la muerte para abrirnos el camino hacia la vida eterna junto a Él.

Cristo murió por ti también, y te ofrece el don de vida eterna. Acepta a Cristo hoy como tu Salvador y Señor. El apóstol Pablo declara: Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. (Ro. 5:9)