¿Alguna vez te has fijado cómo bebe un perro? Seguramente puedes recordar el ruido que hacen y todo lo que pueden salpicar. ¿Has visto a un gato bebiendo? Son los maestros del sigilo y con toda su elegancia no derraman ni una gota, además de que apenas es perceptible el ruido que hacen.
La forma en que nuestras mascotas beben pareciera ser la misma, pero ¿por qué lo hacen tan diferente? La respuesta yace en que la mecánica que usan es muy distinta; mientras los perros “cucharean” el agua con la base de su lengua, los gatos crean una columna con la parte baja de la lengua, aprovechando la tensión superficial y prácticamente tomando tragos muy elegantes.
Los perros son un poco más desastrosos al momento de beber, ya que toman el agua con la parte dorsal de su lengua, creando una cavidad que les ayuda a llevar el agua a su boca, prácticamente se salpican para beber.
La cantidad de agua que requiere cada perro depende del tamaño y el peso del animal. Una sencilla regla que puede utilizarse para calcular el líquido que debe consumir el can consiste en multiplicar por 2.5 el peso de la comida seca que ingiere. De esta forma, un perro que necesita consumir un kilo de pienso diario (croquetas) precisará beber unos dos litros y medio de agua, mientras que un animal que consume dos kilos de alimento seco requerirá unos cinco litros.
Por otra parte, los gatos, con su elegancia habitual, doblan su lengua de forma que apenas roce la superficie del agua (guiándose por sus bigotes) y en un movimiento sincronizado crean una columna de agua que pueden tomar con sólo cerrar la boca, sin salpicar y sin crear un desastre a su alrededor.
Con los gatos hay que tener especial cuidado para mantenerlos bien hidratados, ya que tienden a beber poca agua y son sibaritas (de gustos refinados) a la hora de ingerir líquido.
VÍDEO: Perro bebiendo agua
[wpvp_player src=http://box2170.temp.domains/~presenh5/wp-content/uploads/2015/10/perro.mp4 width=640 height=360 splash=http://box2170.temp.domains/~presenh5/wp-content/uploads/2015/10/perro.jpg]