En ‘guerra’ los veteranos del Este

09 Feb

Por Jaime Torres Torres
Especial para Presencia

Es un veterano de la Guerra de Vietnam que no tiene un expediente que documente las veces que estuvo hospitalizado y las enfermedades que padece porque supuestamente se hizo cenizas durante un incendio.

(Foto/Archivo)

Franco, apodo que este residente de Naguabo, de 69 años, utiliza para proteger su identidad por temor a represalias, es uno de los cientos de veteranos de la región Este del País que considera que la atención y la compensación que reciben no compensan su servicio a las fuerzas armadas de Estados Unidos.

“Salimos en crisis y cuando regresamos en 1970 a Puerto Rico no sabíamos qué íbamos a hacer. Era como una pesadilla. No puedo reclamar mis problemas de salud con el servicio militar porque no hay evidencia, cuando estuve expuesto a numerosas vacunas con efectos secundarios y padezco de problemas de presión arterial, dolores en el cuerpo y depresión”.

Su expediente y los de decenas de veteranos de Vietnam se quemaron en San Louis, Missouri. Las llamas de un fuego, cuyo presunto móvil miran con suspicacia, desvanecieron, sin imaginarlo, parte de sus derechos.

“Me compensan con $350 mensuales para sobrevivir. Pero si yo y otros veteranos de guerra tuviéramos los expedientes que según alegan se quemaron estaríamos disfrutando de otros beneficios”, sostuvo Franco, quien periódicamente asiste a las reuniones del Puesto 10 de la Legión Americana en Fajardo.

Abundan los veteranos en el Este

Según la estadística suministrada a este periodista por Axel Román, portavoz del Hospital de Veteranos, son miles los ex militares que residen en el Este.

Humacao (1,028), Río Grande (969), Fajardo (951), Canóvanas (730) y Luquillo (427) son los pueblos que encabezan la lista. Se estima, conforme al funcionario federal, que en Puerto Rico hay más de 100 mil veteranos, de los cuales alrededor de 65 mil son atendidos en el Hospital de Veteranos mientras se sospecha que varios centenares, de ambos sexos, deambulan por las calles del País.

El callejón sin salida en que muchos se encuentran inmersos [incluso cuando como parte de la práctica “stop loss”, orientada a ahorrar millones de dólares en entrenamiento, se ven obligados a regresar al escenario bélico, como le sucedió a Nilda Bonano, de Luquillo, con incursiones en Irak y Afganistán] acaparó nuevamente la atención de los medios luego de que el pasado Día de Reyes el joven puertorriqueño Esteban Santiago disparara indiscriminadamente en el aeropuerto de Fort Lauderdale, asesinando cinco personas e hiriendo seis. Santiago, de ser hallado culpable, se podría exponer a la pena de muerte.

“Lamentamos las muertes de esas víctimas inocentes, pero reconocemos que posiblemente Esteban tuvo una fuga psicótica, transportándose mentalmente al escenario bélico que vivió en Irak, cuando disparaba en el aeropuerto”, dijo la doctora Sonia Santiago, sicóloga clínica y portavoz de la organización Madres contra la Guerra.

“El Departamento de Defensa admite que uno de cada tres veteranos sufre de trastorno de estrés postraumático después de servir en Irak o Afganistán. 22 militares se suicidan diariamente. Regresan con serios problemas de salud mental, como ira, problemas interpersonales y familiares, inestabilidad en los trabajos y estudio, aislamiento y cambios drásticos en su personalidad”, detalló Santiago al revelar, conforme a sus investigaciones, que el 20% de los soldados que vuelven de Irak y Afganistán beben licor en exceso o usan drogas.

Santiago reveló que el Hospital de Veteranos del Caribe, localizado en Río Piedras, solo dispone de 30 camas siquiátricas para ofrecer asistencia a alrededor de 200 mil veteranos en  Puerto Rico e Islas Vírgenes.

“Sin ser atendidos adecuadamente, en innumerables ocasiones lo que hacen las autoridades militares es que los dan de baja y no les dan el seguimiento médico y psicológico que los veteranos necesitan, convirtiéndose así en víctimas del sistema”.

Reacciona el Hospital de Veteranos

Al planteamiento de la doctora Santiago, en el sentido de que escasean las camas siquiátricas y abundan los veteranos con condiciones potencialmente peligrosas que si no se atienden podrían incurrir en una conducta similar a la de Esteban Santiago, el portavoz del Hospital de Veteranos, Axel Román reconoció que resta mucho por mejorar y aludió al programa de “sistema de cuidado en la comunidad” que consiste de alianzas con hospitales públicos y privados.

Reveló que se abrieron clínicas en Ceiba, Vieques, San Thomas y Santa Cruz que sirven a los veteranos del Este e Islas Vírgenes. “Pero la retroalimentación que recibimos es que el veterano prefiere venir a Río Piedras porque hay personal adiestrado […] ¿Hemos llegado al punto donde queremos estar? Claro que no. Siempre hay que buscar mejorar los servicios a nuestros veteranos”.