Exposición fotográfica evoca el sentimiento de un paisaje que pronto podría desaparecer

03 Mar

CAROLINA – El calentamiento global, la elevación de los mares, las sacudidas sísmicas, los huracanes y tsunamis están alterando la composición de las zonas costeras, las montañosas y los lugares más recónditos.

Tres fotógrafos paisajistas aficionados, algunos amigos desde la infancia, criados en el campo o fascinados con la naturaleza, han salido a su rescate. Apertrechados con sus cámaras de lentes intercambiables, angulares y trípode en mano, han plasmado en una dramática exposición fotográfica, los sentimientos de paz, de amor por el entorno playero, por el karso, el movimiento del agua en cascadas, la placidez y quietud del blanco y el gris y lo etéreo de un mar sin movimiento que se pierde en la ontananza…

Augusto Gandía y John Nelson se conocían de pequeños… se criaron en el campo y desarrollaron el gusto por la naturaleza. Con el tiempo se dejaron de ver y uno emigró al norte. El primero se hizo geógrafo, el segundo agrimensor. Erick González, aunque nació en Nueva York, vino a vivir a Carolina de adolescente.

“Los tres amigos que comparten su amor por la fotografía y la naturaleza, se reunieron para plasmar un credo sin palabras en las fotos de un mundo fantástico, de unos colores extraordinarios, de ausencia de colores, de formas y texturas rocosas que intentan salirse del papel, que evocan un mensaje en común: la naturaleza como fuente de vida y alimento del espíritu” manifestó el alcalde de la ciudad José Carlos Aponte, a la vez que invito al público amante del arte a ser testigos de esta  impactante exposición.

Vale la pena hacer un espacio para visitar esta muestra, que abre de miércoles a domingo, de 10:00 de la mañana a 5:00 de la tarde, y que está disponible al público en el primer piso de la Galería de los Gigantes, del Distrito Cultural carolinense, frente a la Plaza de Recreo Rey Fernando III.

José Francisco Salgado, fotógrafo carolinense y divulgador científico, fue el presentador de la exposición fotográfica que abrió al público el pasado 14 de febrero se refirió a la colectiva como “hidrocronologías”, y manifestó lo siguiente:

“Los fotógrafos de paisajes tienen en su etapa embrionaria una fascinación con el agua y el tiempo que jamás los abandonará. La exposición explora estos temas en el trabajo de tres fotógrafos puertorriqueños que comparten su pasión por el paisajismo.  Con conciencia plena de que el agua es la principal escultora del paisaje terrestre y a su vez parte integral de éste, las imágenes documentan escenas fluviales, marinas y lacustres con énfasis en movimientos y reposos mediante la manipulación de las velocidades de obturación. Esos fragmentos de luz que son sustraídos por los sensores de sus cámaras pretenden documentar la belleza del entorno natural que las partes primigenias del ser humano admiran por instinto”. 

Los tres fotógrafos que comparten esta muestra aportan visiones afines, pero con tratamientos particulares del tema. Tanto John Nelson como Erick González son producto de la migración de retorno a la Isla, nacidos en New York y Chicago, respectivamente; regresaron a la Isla en su niñez y adolescencia. Por su parte, Augusto Gandía, nacido en Manatí conoció a John Nelson en la ruralía de ese pueblo en el cual crecieron juntos. Ambos forman parte de una generación que vivió en el campo en la época de la industrialización del país cuando se abandonó la agricultura como actividad productiva principal. En parte por eso desarrollaron una afinidad con la estética de los paisajes naturales que constituían su entorno y principal área de juego. Es precisamente en ese entorno rural cuando Augusto Gandía comienza en su adolescencia la relación de amor con la fotografía de paisajes.

Por otro lado, Erick González al regresar al país se estableció en Carolina, donde comenzó una profunda y duradera relación con el mar que ha durado hasta el día de hoy.