Opinión: Génesis

14 Jan
(Foto/Suministrada)

Vicente Toledo Rohena
Periodista

Llegó el 2018. La resolución y metas debe ser encaminar a la isla del encanto hacia una nueva era. El Puerto Rico que conocimos ya no existe. Debemos ser sinceros con nosotros mismos. El Puerto Rico de ensueño que pensábamos que teníamos no era real, el huracán María se encargó de quitarnos las vendas y aceptar que más que Puerto Rico, éramos y somos realmente Puerto Pobre. Vivíamos y vivimos basado en un presupuesto de ayuda federal, mantengo; y embrollados entre tarjetas de créditos, préstamos, deudas e hipotecas impagables. Lo triste de todo es que tuvo que llegar un fenómeno atmosférico para echarle la culpa… que nos mostrara la triste realidad, que somos un país pobre, endeudado y dirigido por unos líderes que nos llevan por el camino de la amargura desde finales de los años 60’, del siglo pasado.

Duélale al que le duela, el país se mantuvo a flote gracias a un puñado de boricuas pensantes que durante los años 50’ puso en marcha distintos movimientos que nos colocaron a la vanguardia del Caribe y América Latina. Ya eso se acabó. Todos los países de Latinoamérica nos pasaron por el lado, sino, pregúntenle a Costa Rica y Panamá.

Pero, ¿qué vamos a hacer? ¿Hacia dónde nos dirigimos? ¿Con cuáles líderes? Esa son varias de las preguntas, como dijo el que lo dijo… no hay tantas alternativas. Pero sí, está claro que el pueblo debe ser más proactivo en el nuevo Puerto Rico que todos queremos. El partidismo y los líderes reciclados ya nos han mostrado sus caras durante mucho tiempo y no son una solución. ¿Pues, qué nos queda?

Hay que repensarlo todo. Es necesario apagar la máquina y darle un ‘restar’. Echar fuera de una vez, los líderes que nos hacen daño como pueblo y conocemos claramente sus artimañas. Está bueno de hacernos los locos. Prácticamente, luego de María vimos como ninguno hizo nada por el país; al contrario varios de ellos tomaron la ‘juyilanga’ y se fueron del país. Pero, ¿hicieron falta? Seguro que no. Ya que comenzaremos de nuevo y haremos un génesis en cada una de nuestras vidas, y la del pueblo, vamos atrevernos a ser más pensantes y cautelosos en los que depositamos la confianza. Trabajemos duro y en equipo por un nuevo país. Más que ondear una bandera en los autos, vamos a retomar las enseñanzas básicas de nuestros abuelos. Las que no pasan de moda. Que el trabajo sea nuestro estandarte. Luchar por definir a donde queremos llegar como pueblo; con nuestro sudor y propias decisiones. Retornar a la prudencia, honestidad, bondad, ayuda al prójimo y pensar en el colectivo no en el individualismo. Unamos ideas y vamos atrevernos a luchar por nuestro pueblo en un momento tan vital, en el génesis, como dice en las santas escrituras: ‘En el principio creó Dios los cielos y la tierra… Génesis: 1:1; encaminemos a la isla del cordero a la victoria… así, nos ayude Dios.