Hacen falta más espacios para los ciclistas

06/18/2014

Por: José Delgado Ortiz
Director Ejecutivo Comisión para la Seguridad en el Tránsito

Entre los diversos retos que enfrentan los ciclistas en Puerto Rico está la evidente limitación de espacios seguros. Además de tener obligadamente que compartir la vía pública con los automovilistas, desafortunadamente son muy escasas en nuestra Isla las áreas diseñadas para la práctica del pedaleo como ocurre en algunas ciudades de la nación americana con sus pintorescos “bike paths” en calles y carreteras principales.

(Foto/Suministrada)
(Foto/Suministrada)

Vivimos en un País de reducido tamaño geográfico, con más de tres millones de automóviles en circulación. Esto es, una proporción de casi un vehículo por habitante. Es precisamente en medio de esa congestión extrema donde se produce la revolución ciclista, que hemos denominado a esa enorme cantidad de bicicletas rodando siete días a la semana por nuestras calles y carreteras.

A pesar de la estrechez fiscal, este Gobierno ha emprendido un programa de mejoras y mantenimiento de carreteras para hacerlas más seguras y confiables.

Además, disponemos de diez lugares específicamente diseñados para los ciclistas en toda la Isla. Estos son el Paseo de Piñones en Loíza; la Ruta Ciclista de Toa Baja a Dorado en la carretera 165; Parque Lineal Enrique Martí Coll y la Ciclovía del Condado en San Juan; Paseo Río en Bayamón; Parque Lineal del Río Cagüitas en Caguas; Paseo Lineal en Isabela; Parque Lineal de Mayagüez; y Parques Lineales de los ríos Bucaná y Portugués en Ponce.

Esta ecuación de muchos vehículos y bicicletas a la vez, con pocos espacios exclusivamente para los ciclistas, debe tomarse muy en cuenta en cualquier futuro enfoque estratégico para fortalecer la seguridad vial y prevenir más choques fatales. Pero también, debe formar parte de una nueva visión enfocada en el ahorro por la compra de combustible. Y es que la forma más sencilla y menos costosa de lograr economías en este gasto está en el uso masivo de la bicicleta como alternativa de movilización con un sentido de pertenencia del espacio público.

En la Comisión para la Seguridad en el Tránsito consideramos que aquí y dondequiera, la bici tiene el poder de disminuir considerablemente la congestión vehicular. Esto por supuesto, con la infraestructura vial adecuada, una opción real y ampliamente aceptada de transportación masiva que contribuiría al desarrollo de ciudades más habitables en la que ciclistas, automovilistas, peatones y motociclistas tendrían una mejor convivencia y una mayor comunicación. Todo este beneficio sin olvidar que la bicicleta bajaría la contaminación ambiental y es de valiosa ayuda para la salud humana.

Así que nuestra exhortación a las autoridades municipales y al propio estado es a tener muy presente que la construcción de más ciclovías y paseos lineales, lejos de un gasto, es una inversión productiva en la protección de la vida de los miles de ciclistas que inundan a diario nuestras vías públicas para dar riendas sueltas a esta sana afición.