Manuel ‘Nolín’ Ruiz: Valioso hijo adoptivo de Carolina

12 Jan

Vicente Toledo Rohena
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CAROLINA – Es un guerrero gigante dentro y fuera del terreno de juego. Las habilidades con el guante lo convirtieron en un fenómeno de la segunda base y del cuadro interior. Pero sin duda dejó establecido que los deportistas perpetúan su nombre más allá de sus hazañas y números. Manuel ‘Nolín’ Ruiz lo ha logrado. Las huellas y pisadas como jugador están plasmadas, pero el trabajo comunitario y de ayuda a los jóvenes todavía está latente. Una labor que marca para bien a quienes han pasado por las manos del querido ‘Nolín’.

Manuel ‘Nolín’ Ruiz junto a su memorabilia. (Foto/Vicente Toledo Rohena)

“Una de las primeras cosas que le digo a los muchachos cuando trabajo con ellos, es que la productividad dentro del campo de juego es excelente y dice mucho de nosotros como jugadores, pero lo más importante es nuestro comportamiento y proyección como ser humano. Les preguntó, cómo quieren que te recuerde cuando ya no juegues y te retires… el deporte nos brinda la oportunidad de disciplinarnos para todo lo que hacemos en la vida”, expresó el expelotero que firmó en Grandes Ligas con los Bravos de Atlanta a los 17 años; y en Puerto Rico, con los Indios de Mayagüez.

“Guardo gratos recuerdos de mi compañero de equipo (Mayagüez) Ángel Luis Alcaraz. Me ayudó mucho, corrigiéndome y ayudándome con mi defensa como segunda base. Mayagüez me dio la oportunidad de jugar a diario y esa temporada fui Novato del Año, en el béisbol de Puerto Rico. La próxima temporada me cambiaron a los Cangrejeros de Santurce, donde jugué por 17 años”, recordó Nolín, quien posee con los Cangrejeros el récord de nueve hits de forma consecutiva.

Pete Rose, de los Rojos de Cincinnati junto al segunda base boricua.

Aunque nació en Santurce, se convirtió en hijo adoptivo de Carolina, donde vive hace más de 40 años. Recientemente fue exaltado al Salón de la Fama del Deporte de Carolina; y también fue galardonado con el premio Jesús T. Pinero. Tras su retiro como pelotero, comenzó a trabajar en la Ciudad Deportiva Roberto Clemente, donde laboró durante 14 años, contribuyendo al desarrollo de los jóvenes peloteros.

“Siempre dije que una vez me retirara me iba a quedar en Puerto Rico para ayudar a la nueva sepa de jugadores. Entre los jóvenes que vi desarrollarse están Orlando Merced, Iván Rodríguez y Juan ‘Igor’ González, entre otros. Desarrollé una liga en Ciudad Deportiva (Liga Manuel ‘Nolín’ Ruiz) que tuvo 50 equipos”, recordó el segunda base, gestor de la Liga Independiente en Carolina; y colaborador incansable en el programa de béisbol en la comunidad Buenaventura.

Ruiz también aportó su grano de arena en la Puerto Rico Baseball Academy, en Gurabo, por donde pasaron otros jóvenes de todo Puerto Rico, como el campo corto de los Astros de Houston, Carlos Correa, a quien Nolín tuvo en sus manos y logró transmitirle sus conocimientos.

“En el béisbol en Estados Unidos me conocen como Chico Ruiz. Esto vino porque el escucha que me firmó, Napoleón Reyes, era cubano y se pasaba diciéndome ‘Chico’. Los compañeros de equipo lo escuchaba y entonces como ‘Chico’ era fácil de decir, entonces ellos me llamaban así”, dijo mientras reía.

“Recuerdo que en mi primer turno al bate en Clase A, me presentaron como Chico Ruiz y así me quedé, Chico Ruiz”.

Durante 11 años, participó con los Bravos de Richmond, equipo de Triple AAA, filial de los Bravos de Atlanta, en espera de una oportunidad de subir a las Grandes Ligas y jugar con los Bravos de Atlanta.

La ciudad y los equipos de Richmond y Atlanta lo premiaron al retirar su número 16. Selección otorgada por el público, por encima de figuras cimeras en Richmond y Atlanta como el lanzador del Salón de la Fama John Smoltz, Chipper Jones, Dale Murphy; y los lanzadores Phil Niekro y Tom Glavine.