Mascotas: El olfato de los perros… ¿A qué huele?

07/11/2013

Por: Erika Zoé Alvarado / Para Presencia

Nuestro medio ambiente está constituido por una serie de diversos elementos con los que los animales se relacionan a través de los cinco sentidos, al igual que nosotros lo hacemos. De esta manera, aprenden a diferenciar sustancias y experimentan las sensaciones contrapuestas como: dolor – placer, calor – frío y dulce – amargo, entre otras.

(Foto/Suministrada)
(Foto/Suministrada)

Una de las principales características de todas los caninos es que están dotados de un sentido olfativo que sirve para relacionarse de manera particular con el medio ambiente y les permite percibir sensaciones que a nosotros nos resultan imposible. Con este sentido pueden orientarse, comunicarse y hasta reconocer objetos y personas con una precisión exacta.

Los perros son capaces de detectar olores que las personas no apreciamos, ni siquiera sabemos que existen, así como identificar los olores más vagos, incluso los que han sido disfrazados con otros olores.

¿A qué se debe esta gran capacidad olfativa?

Los perros poseen más membrana nasal que nosotros. La diferencia se define en cuanto a la cavidad nasal y a las partes del cerebro encargadas de procesar la información olfatoria, las cuales son mucho más pequeñas en el hombre que en los perros.

Además, los perros tienen otra ventaja: sus trufas suelen estar húmedas y esta capa de humedad, actúa como si se tratara de una cinta adhesiva, atrapando las moléculas aromáticas que transporta el aire. Esto también, permite a los perros recopilar y guardar grandes cantidades de moléculas.

Además, en cada inhalación las moléculas aromáticas se trasportan a varias partes del cerebro por lo cual pueden recordarlas e interpretarlas y tienen la habilidad de activar un banco de almacenamiento de aromas durante toda su vida.

Cuando un perro alza su cabeza y husmea, está interrumpiendo su ciclo respiratorio normal, para recopilar información nueva. Las corrientes de aire se dividen en dos y transportan suculentas noticias que se dirigen una a los pulmones y la otra directamente a las células olfatorias. De esta manera, cada uno de los olores es reconocido como signo en determinadas circunstancias, y cada vez que nuestra mascota vuelve a percibir un olor ya conocido, sabe exactamente a qué circunstancia corresponde.

Estos tienen la capacidad de olfatear a una distancia media de unos dos kilómetros, aunque existen casos excepcionales de perros cazadores y/o especialmente entrenados que superan incluso los tres kilómetros a la hora de identificar olores.

Gracias a esta extraordinaria capacidad olfatoria, los perros pueden identificar su propio territorio, reconocerse individualmente unos a otros como medio de comunicación y hasta reconocer objetos y personas con una precisión exacta, identifican objetos o personas con el olfato y pueden distinguir al amo por su olor en vez de su apariencia.

En cuanto a los alimentos, los fabricantes de alimentos prestan mucha atención a que el sentido del olfato prevalece sobre el gusto y tratan de que la comida, además, de ser nutritiva, tenga aromas satisfactorios para el animal.

Así que podemos concluir que para los perros el olfato no es tan sólo un detalle, sino que cumple múltiples funciones de gran importancia, y es entre todos sus sentidos, el más destacado y de gran utilidad en su vida perruna.