Mi Mundillo Interactivo: la historia de Noé

23 Apr

Por: Gina Delucca
Escritora Invitada

De seguro que muchos la vieron. Al menos esta Semana Santa yo tuve que hacer fila en el cine para ver a Noah, la historia de Noé, el patriarca bíblico.

Después de escuchar argumentos a favor y en contra, al fin alguien me la recomendó de corazón. Ya iba con la mente abierta, pues sé que la exactitud bíblica es imposible y que sólo cuando estemos allá arriba y nos “pasen la película de la vida” sabremos exactamente cómo fue que sucedieron las cosas.

Ya es conocido que Aronofsky es un iconoclasta y era de esperarse que hiciera pleno uso de su libertad artística en este filme. Pues así fue. ¿Quién hubiera imaginado que unos transformers de piedra iban a ayudar a Noé a construir la barcaza? Esos serían, me imagino, los gigantes que aparecen en Génesis 6.4. Y el malo de la película, con la magistral actuación de Ray Winstone, era el primo lejano de Noé, un tal Tubal-Caín, descendiente de Caín, y con toda su carga de maldición. Y aunque uno esperaría que la trama de la película se diera alrededor de jirafas y elefantes, no fue así.

Este Noé, magistralmente encarnado por Russel Crowe, era un ambientalista, respetuoso de la creación. En ningún momento la familia aparece comiendo nada de origen animal. Era apasionado y un poco fanático. No entendió que los mensajes de Dios hay que tomarlos por partes. Primero va el diluvio, pero luego la repoblación de la tierra. No lo entendió. Se supone que hubiera tres mujeres junto a Noé, su esposa y sus hijos. Pues Ila, la esposa de Sem, acabó teniendo gemelitas. Un poco traído por los pelos.

La trama giró en torno a la lucha territorial y los derechos reproductivos de sus hijos, esto no está en la Biblia como tal. Como Noé fue quien preservó la tradición oral del Génesis, vimos y escuchamos un interesante relato de la creación, que incluía su crítica social, con anacronismos, de cómo hemos dañado el planeta. Y hablando de anacronismos, los hombres y las mujeres usaban pantalones. ¡A saber si esto es histórico! Me da gracia que en el 2014 todavía si las mujeres deben usar pantalones es un “issue” religioso.

El que se robó el show fue Matusalén (Anthony Hopkins). Su coexistencia con Noé es bíblica. Incluso, Lamec, el papá de Noé, murió cinco años antes que su abuelo, quien alcanzó la longevidad de 969 años, según la Biblia. O sea, que si no llega a ser por el diluvio, Matusalén a lo mejor hubiera cumplido 1,000 años. ¿O Noé se lo llevó en el arca?

¿Y los animales? Pues como buenas criaturas instintivas y que se reportan directamente al Creador, llegaron motu-propio en diferentes estampidas. ¡Genial!

La esposa de Moisés se las ingenió para inducirles una hibernación con lo que parecía ser un incienso. ¡Genial también! Una toma de satélite de la tierra toda rodeada de nubes, según una teoría científica. ¡Más genial todavía! Las aguas saliendo como géisers de la tierra. ¡Espectacular!

El maligno se coló dentro del arca. Por supuesto, eso siempre pasa en el arca de nuestras vidas. Y un ser querido se siente atraído… eso también. En la dinámica del rechazo y la aceptación siempre alguien flaquea buscando aceptación donde no es. Y por alguna razón, una vez en tierra, Noé se dio una tremenda bebelata con vino que él mismo produjo. Tal fue su borrachera que acabó desnudándose y quedándose dormido. Sus hijos tuvieron que bregar con el asunto.

Como ven nadie es perfecto, ni Noé. Y esto último sí está en la Biblia. Somos humanos. Pero las fuerzas del bien conquistan al mal y hay un final feliz. Así son las películas. Y esta puede ser nuestra película también.

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