Mi Mundillo Interactivo: Monedas Parte 2

29 Oct

Por: Gina Delucca
Escritora Invitada

Toma y dame, dame y toma. Como ya establecimos, es una ley de la vida. Nadie da nada sin querer recibir algo de vuelta. Las transacciones sociales funcionan con monedas particulares. Favores, comida, afecto y aceptación, estas son algunas de las monedas que ya mencionamos.

También está la fama, el poder y el control. Te doy aceptación para que me des poder. Te dejo controlar para que me aceptes. Te doy un poco más de poder para que tú seas “el malo de la película” y mi fama no se vea afectada. Hay quien quiere tener fama, aunque no gane mucho… Igual pasa con el control y el poder. Es otro nivel de satisfacción. Monedas, monedas, monedas.

La vanidad es una moneda muy codiciada. Quizás lo entiendan mejor si le llamo “satisfacción de la vanidad”, o simplemente “ego trip”. Al que nos da un ego trip le pagamos con amistad y aceptación. Al que queremos conquistar (para fama, poder o lo que sea), lo adulamos hasta que tenga su ego trip y ya lo tenemos en el bolsillo. Pero la vanidad tiene su truco también. Dar algo sin pedir nada a cambio, hacer obras de caridad, ser bueno con los enemigos… por cristiano que parezca todo esto, tiene a la débil moneda de la vanidad mezclada con otras buenas monedas, como la satisfacción personal, el sentir que cumplimos con Dios, el sentir que somos buenos.

Mmm… Vanidad de vanidades, todo es vanidad, dijo el sabio Salomón.

Por ahí también están las monedas sexo y amor. ¿Qué? Pues sí. Aunque podría sonar simplista, hay quien dice que los jóvenes varones dan amor para obtener sexo, mientras que las jovencitas dan sexo buscando obtener amor. Controversial, pero no lejos de la realidad. Aclarando que por “amor” se entiende expresiones de afecto y trato romántico. Monedas peligrosas, que no solamente se intercambian entre sí, sino que “compran” otras cosas.

Contactos. Algunos les llaman “palas” y otros conexiones. A veces son simplemente amistades genuinas y relaciones de solidaridad. Los contactos pueden funcionar como monedas. Ay, el amor y el interés… Me acerco a alguien y me hago amigo de él o ella por los contactos que tiene. Doy amistad, aceptación, o cualquier otra moneda, a cambio del acceso a esos maravillosos contactos. Hay gente que “vale”, no por el dinero que tiene, sino por los contactos que ha cultivado durante su carrera.

Información. Esta moneda es fascinante. Hollywood ha trabajado mucho con ese tema en las películas de acción. Fulano vale mucho (o hay que matarlo) porque guarda en su mente demasiada información. Batallas legales, escándalos, reputaciones arruinadas, éxito, hasta riquezas. Todo esto y mucho más lo compra la moneda información. Y en una escala más pequeña, tenemos que hay personas que por recibir la moneda de la aceptación, dan la moneda de la información. En mi pueblo les llaman chismosos.

Aceptación por fama, fama por sexo, sexo por información, información por amor, amor por contactos, contactos por ego trip, ego trip por favores, favores por satisfacción personal de sentirse bueno. Y pueden seguir las combinaciones. Nadie se salva de este juego.

Ay, las monedas de la vida, las monedas del yo, las monedas del bien y también del mal… Son parte del toma y dame de la vida, de esa irrefutable fórmula de la convivencia humana.

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