Nueva mascota: Consejos para que recibas a tu gatito

05/14/2014

Por: Redacción Presencia
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Preparativos: Vas a necesitar una caja de arena, puede ser plástica y económica, lo relevante es que sea grande, por lo menos de 70×40 cm, además de arena para gatos y una cajuela para que duerma. Como el gato es bebé aún, procura tener mantas y cobijas de lana para que se acurruque. Compra alimento de gatitos que contengan al menos un 30 por ciento de proteínas, se consiguen en veterinarias. Eso es lo imprescindible.

(Foto/Suministrada)
(Foto/Suministrada)

Habitación de aislamiento: Cuando recibas a tu nuevo gatito, debes habilitar una habitación o espacio exclusivo para él. Puede ser el baño o un rincón en tu habitación. Si vives en casa, prefiere el patio o cuarto de lavado. En apartamentos, el living o una habitación independiente. Coloca allí la caja de arena y su cajuela con mantas. El gato debe permanecer en la misma habitación, sin abandonarla, por lo menos una semana.

Contacto: Aunque debe dormir solo y no abandonar la habitación, debes visitarlo para darle comida, interactuar y mostrarle su caja de arena. Es muy probable que el gatito huya de ti y se albergue en un rincón. Esto es normal, dale tiempo. El gato entrará en confianza en la medida en que te acerques sanamente hacia él, indicándole su comida y jugando con él, usando una lana o algo similar, que llame su atención y le permita sentirse seguro en su rincón.

Llanto: Es probable que durante las primeras semanas el gatito llore mucho porque extraña a su mamá. Debes dejarlo, es parte del proceso para que se acostumbre. Algunas veces, los gatitos lloran de frío. Asegúrate de que no haya corrientes de aire en su habitación y de entregarle mantas suficientes para que se acurruque.

Explorar el mundo: La segunda semana, el gato mostrará más confianza. Se te hará cada vez más sencillo tomarlo, se mostrará más sociable y hasta te exigirá un poco de cariño. Este es buen momento para mostrarle el mundo más allá de su habitación de aislamiento. Una nueva habitación por semana. A ese ritmo, se adaptará muy bien a su nuevo hogar. Al mes, de seguro, ya estará rasgando tus sillones con toda confianza.