Nuevo trastorno: La adicción tecnológica en los niños

10/02/2013

Por: Nellie Torres de Carella, patóloga del habla y lenguaje / Para Presencia
Directora del Centro Tomatis de Puerto Rico en San Juan
787-774-1163 / 1164

(Foto/Suministrada)
(Foto/Suministrada)

El niño llegó a nuestro centro porque sus padres estaban preocupados porque tenía 1 año con 10 meses y aún no decía ni una palabra, sin embargo eso no fue lo que nos llamó la atención, sino que el niño tenía una fijación con el teléfono celular de su mamá.

El teléfono era su bobo para calmarlo, su juguete, su niñera, su amiguito de juegos, su todo. Sus padres se podían ir del lugar y él no iba a protestar, pero si le quitaban el teléfono, donde él estaba viendo sus vídeos, era una declaración de guerra y como tal él respondía. El ganador era claramente uno: el niño. Los padres se rindieron ante la rabieta que no pudieron controlar.

Esta historia es real, y cada día más común. El lanzamiento de los teléfonos inteligentes y las tabletas ha generado cerca de 10 mil aplicaciones para niños, desde infantes, con el supuesto buen fin de que los niños aprendan jugando, mientras los padres pueden ocuparse en sus propios intereses. Se estima que cuando los niños cumplen 7 años han pasado el equivalente de un año frente a una pantalla electrónica.

Recientemente en Inglaterra los medios reportaron el caso de una niña de 4 años con adicción al iPad. Desde los tres años había estado usando la misma y podía estar más de cuatro horas diarias jugando, mostrando un comportamiento compulsivo. Si los padres se la quitaban, la niña reaccionaba con una rabieta y no podían controlarla. La niña fue llevada a tratamiento psiquiátrico para quitarle la obsesión y presentó síntomas parecidos a los de un adicto a las drogas cuando deja de usar las mismas. El psiquiatra que la atendió se especializa en casos de adicciones electrónicas en adolescentes y adultos, una adicción que no había visto en niños.

Además de la adicción emocional descrita, los expertos están señalando algunas posibles consecuencias adversas al desarrollo adecuado de estos niños, como: dificultad con el desarrollo de las destrezas sociales, dificultad con el desarrollo del lenguaje, pobre desarrollo de vocabulario, exposición a material no apto para su edad, obesidad, diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares, cambios de largo plazo en los circuitos del cerebro similares a los efectos de la dependencia de sustancias.

El balance es la clave para esta situación. La tecnología puede ser nuestra aliada para la educación de los niños, pero un bebé, un infante o un niño de menos de 3- 4 años no debe ser expuesto a los mismos. La mejor aplicación (APP) durante esos años es la falda de mamá o papá, el jugar con ellos, el cantarles y leerles libros.