Opinión: Hablemos de fanatismo

15 Mar

Juan José Díaz Díaz
Especial para Presencia

En estos días, nuestro equipo de béisbol nos ha representado dignamente en el Clásico Mundial de Béisbol, con actuaciones que pompean nuestro orgullo boricua.

Juan José Díaz Díaz. (Foto/suminsitrada)

Aunque los juegos son transmitidos por canales locales, aquellos que, como yo, tuvieron la oportunidad de ver los juegos por internet, pudieron también “disfrutar” de los intercambios entre los fanáticos que participaron en el chat que acompañaba la transmisión. Gente, las asquerosidades y faltas de respeto entre fanáticos de un equipo y otro fue bestial. Se hablaron malo, se amenazaron, se fueron a lo personal… Pero bueno, “el deporte une a las familias.”

Esa no fue la primera vez que viví esa experiencia, pues, durante los certámenes de Miss Universe y Miss Puerto Rico, también fue la misma dinámica, tanto por los chats tradicionales, como por las cuentas de Facebook y Twitter. Los comentarios llegaron al extremo de catalogar como rameras a muchas de las concursantes, solo porque no eran las de su pueblo, o sus favoritas. Pero bueno, “los certámenes de belleza unen a las familias.”

¿Por qué traigo esto? Sencillo.

¿Hay alguna diferencia entre el comportamiento de la gente en estos chats, tanto en eventos deportivos como certámenes de belleza, y los que siguen la política partidista? No, ninguna.

¡Ah!, pero como el boricua está convencido de que ser político es un delito, y robar es un agravante, cuando la gente se falta el respeto y hasta se amenazan por diferencias deportivas, es meramente una expresión legítima enmarcada en el fragor del momento… “pero no tiene nada de malo.”

Eso sí, cuando esas mismas faltas de respeto y amenazas se dan en discusiones políticas, tiembla la tierra. Rápido dicen que la política es sucia y que aquellos que la seguimos con pasión, somos unos fanáticos de mier… que no nos damos cuenta que ‘mientras la gente se mata por política, los políticos comen y beben juntos’.

Bueno, hasta donde yo sé, ‘mientras la gente se mata por deportes, los deportistas también comen y beben juntos’. Lo que pasa es que el follón, lo que está ‘in’, lo que se ve ‘gufiao’, es criticar a los políticos.

Ahora bien, ¿cuántas trifulcas recuerdan ustedes que se hayan dado en actividades multitudinarias en el ámbito político? ¿Cuántas trifulcas y motines pueden recordar que se hayan dado en eventos deportivos en Puerto Rico?

No, gente, la política no es sucia, ni los políticos tampoco. Esa es la excusa que dan los que no tienen la capacidad de discutir los asuntos de importancia para la patria, sin salirse por el techo y caerse a palos. Van a un juego de voleibol o de baloncesto, les gritan palabras soeces a los jugadores, les hacen gestos obscenos a los fanáticos contrarios, y hasta se van a los puños… pero eso no hace que los deportes ni los deportistas sean sucios.

Si uno quiere ser fanático de algún deporte, artista, partido o líder político, no solo tiene el derecho de serlo, sino que no tiene nada de malo. El problema son los que reclaman ser más maduros y eruditos porque ‘no se meten en la política’, pero se arrancan las cabezas por fanatismo ciego en todo lo demás. ¡Bah!