Parranda 101

10 Dec

Gina Delucca

Escritora Invitada

En la Universidad de la Vida, esta clase tiene que tomarse antes de diciembre. Deben tomarla los que aspiran a organizar, participar o recibir una parranda estas navidades. Pero como sé que muchos no han tenido tiempo, aquí les compartiré algunas nociones básicas de parrandear con clase, gusto y sabor.

¿Qué me motivó? Una parranda mediocre que le dieron a unos vecinos hace unos días. Inevitablemente, tuve que escuchar media hora de gallos, galillos, voces desafinadas, palitos mal tocados y un repertorio cuestionable. Dios mío, ¡qué desastre!

Aquí va, Parranda 101. Siempre hay una persona, pareja, familia o grupo de amigos que toman la iniciativa. ¿O no? ¡Auch! Parte del problema es ese, que a veces la idea surge a lo loco, en medio de unos tragos y sin ninguna noción de tiempo, espacio y otras cosas. Lección 1: Parranda no planificada está destinada al fracaso.

Bueno, pero para los que sí toman la iniciativa y tienen intenciones serias de parrandear, aquí la Lección 2. Planificar. Y lo primero que tienen que hacer es (¡obvio!) investigar si el destinatario estará en su casa ese día y a esa hora. Puede ser por espionaje familiar, por preguntas indirectas, o montando una vigilancia pasiva. Lo peor sería tenerlo todo ready y llegar a una casa apagada y vacía.

Se planifica invitando a las personas adecuadas. Alguien que se acuesta temprano no cualifica, porque estará “missing in action” por todo el proceso. Deben ser al menos conocidos de los destinatarios. Cuiden que la facha sea adecuada. Hombres en camisillas y chanclas, mujeres en rolos o dubi… bueno, ustedes saben.

Planifiquen también el repertorio. Lo ideal es llevar un cancionero impreso, con las canciones en el orden en que se cantarán. Planifiquen también la transportación. No todo el mundo puede ir en su carro, porque esto no es una caravana. Alguien debe coordinar los pones. Y hablando de alguien coordinar…

Lección 3: Delegar. Depende de la magnitud de la parranda, se delegará. Tú te encargas de las bocinas, tú de llamar a todos el día antes, tú de chequear que esa noche estén en su casa los destinatarios (sí, double-check), tú seleccionas el repertorio, tú imprimes los programas, tú traes los instrumentos de percusión…

Lección 4: Consonancia de espíritu. ¿Qué rayos es eso? Si van a “asaltar” a una pareja vegetariana, no deben incluir a “El lechón se coge, se mata y se pela”. Si es a una familia evangélica, no deben cantar “Si no me dan de beber, lloro”. Si son de una religión no-cristiana, o ateos, quizás no debieran cantar “De Cristo es la Navidad, del mundo los desengaños”. Si van a asaltar a diferentes familias en una noche, quizás debieran pres-seleccionar del cancionero qué se canta dónde.

Lección 5: Ensayar. No todos son músicos, pero los que son, ellos deben dirigir. No todos cantan bien. Ensayen . Si hay notas muy altas, al que sabe cantar que les indique cómo cantar con notas alternas.

Lección 6: Conocer los límites. Las parrandas no son de 4 horas. Eso es una invasión. Si ellos no hacen el famoso sopón, perdónenlos, pero no los obliguen a cocinar para las masas a altas horas de la noche. Si hay limitaciones de espacio, limiten los integrantes. Eviten un motín. Tengan moderación en el volumen de la música, en el volumen del bullicio y en el consumo de la bebida (y la comida también). No es mala idea que lleven algún obsequio de comer, para que la celebración sea equitativa.

Lección 7: Focus! Mantengan el foco. Es Navidad, tiempo de paz, de hermandad y de pasarla bien en armonía.

MUNDILLO INTERACTIVO: El libro Mi Mundillo I: Encajes de sentido común está disponible en Libros AC, Santurce; KL Books, Puerto Nuevo; o pueden ordenarlo en www.mimundillopr.com. Escríbanos a gina@mimundillopr.com o por correo al Box 192889, San Juan, PR 00919-2889.