Recibir

18 Mar

Por: Gina Delucca
Escritora Invitada

¿Me lo merezco? ¿Lo podré agradecer? Sabemos que dar es mejor que recibir, pero recibir tiene sus retos también. Incluso, nos podríamos preguntar: ¿qué es más fácil, dar o recibir? Les sorprenderá saber que hay muchas personas para las cuales dar es más fácil que recibir.

Gina Delucca (Foto/Suministrada)
Gina Delucca (Foto/Suministrada)

Aclaro que nos estamos refiriendo a cosas positivas, dadas con buenas intenciones. Porque reconocemos que muchas veces los regalos y cumplidos podrían ser parte de un esquema manipulativo.

Hay gente que cree que se lo merece todo. Cuando reciben algo, a veces ni las gracias dan. En el otro extremo, hay gente que se siente mal de tener que recibir. Puede ser que no se creen merecedores, puede ser que sospechan que todo hay que pagarlo o reciprocarlo, o simplemente que dar y recibir no ha sido una conducta aprendida en su familia. Esos son los dos extremos. Pero en el medio estamos los que nos gusta dar, pero nos erizamos cuando tenemos que recibir. ¿Por qué?

Cuando recibimos un regalo en una ocasión especial, esto es algo esperado. Damos las gracias, tomamos el regalo y ya. Pero cuando recibimos algo bueno, ya sea físico o no, sin que haya una ocasión especial, podríamos no estar preparados. Recibir algo bueno, recibir una muestra de aprecio, recibir una muestra de amor, recibir reconocimiento, recibir un saco de mangós, o un pote de sofrito… solo porque la persona que lo da te aprecia genuinamente y te lo quiere demostrar, o te quiere ver sonreír, o te quiere ver feliz… Recibir cosas buenas. ¿Estamos listos?  Se podría desatar toda una batalla en nuestra autoestima.

Obligatoriamente pienso en Dios y su regalo de amor—su hijo—a la humanidad. Es algo que no merecíamos. Pero lo tenemos que recibir con humildad, agradecimiento y también gozo. Recibir nos presentará siempre ese reto. Ya sean bienes materiales, sentimientos, consejos o cosas más sublimes, debemos aceptarlos con humildad, agradecimiento y gozo. Recibir con gozo es un verdadero don del cual pocos hablan. Aprender a recibir es reconocer que aunque no siempre nos merecemos lo que nos dan, hay gente buena todavía en el mundo. ¿Aceptas un buen consejo? Aprende a recibir.

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