Reflexión: El mejor uso de la vida es amar

20 Feb

Madeline Merced

El amor debe ser tu prioridad, tu objetivo y tu mayor ambición. El amor no es una buena parte de tu vida; es la parte más importante. La palabra de Dios declaramos: “¡Que el amor sea para ustedes la más alta meta!”

No basta con decir: una de las cosas que quiero es amar, como si el amor fuera uno de los diez objetivos principales que tenemos. Las relaciones tienen prioridad sobre todo lo demás. ¿Por qué?

La vida sin amor no tiene sentido. Pablo dice: “No importa lo que diga, lo que crea o lo que haga, sin amor estoy en quiebra”.

En ocasiones, nos conducimos como si las relaciones fueran algo que conseguimos introducir en nuestros planes. Hablamos de hallar tiempo para nuestros hijos o de hacer tiempo para las personas en nuestra vida. Damos la impresión de que lo esencial de la vida consiste en nuestras relaciones con los demás. 

Cuatro de los diez mandamientos se refieren a nuestra relación con Dios, mientras que los seis restantes tratan de nuestra relación con las personas. Pero los diez tienen que ver con relaciones. Posteriormente, Jesús resumió lo que más le importa Dios en estas afirmaciones: “amar a Dios y amar a los demás”.  Dijo: “Ama al señor tu Dios con todo tu corazón”. Este es el primer y el más importante de los diez mandamientos. El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a tu mismo”. Después de aprender a amar a Dios, que es la oración, aprender a amar a los demás debería ser el segundo propósito de la vida.

Lo más que importa en la existencia son las relaciones y no los logos o la adquisición de bienes. Entonces, ¿por qué le prestamos tan poca atención a las relaciones? Cuando estamos muy ocupados, afectamos el tiempo que dedicamos a las relaciones, quitándoles la energía y atención necesaria. Lo urgente desplaza lo más importante para Dios. Nos preocupamos en ganarnos la vida, en realizar nuestro trabajo, en pagar las cuentas y en lograr metas, como si vivir consistiera en cumplir esas tareas. No es así. El sentido de la vida es aprender a amar: a Dios y a las personas. El resultado de la resta “Vida menos amor” es cero.