Reflexión: Hay mucho por agradecer

05 Dec

Juliana Guzmán Ortiz

Hay tantas cosas por las que dar gracias, el abrir los ojos en la mañana y ver todo lo que Dios ha creado para que lo disfrutemos y poder levantarnos y hacer todo lo que hemos determinado hacer en libertad. Inclusive, si no pudiéramos hacer estas cosas por alguna enfermedad, el conocer la verdad de que nuestro creador envió a su hijo Jesucristo para que alcanzáramos vida eterna Juan (3:16) y nos concedió la victoria sobre toda adversidad es suficiente para dar gracias a Dios y sentir la seguridad y la paz que él nos brinda, a pesar de nuestras circunstancias. La palabra de Dios es el ancla que nos mantiene firmes en la verdad. Dios es nuestro creador y su hijo Jesús vino a sanarnos y a libertarnos de toda atadura de nuestra alma, corazón, mente, cuerpo y espíritu. Por todo esto y mucho más doy gracias a Dios.

En estos últimos años he tenido unas experiencias muy lindas con el Señor. En momentos en que he necesitado una palabra o sentirme tranquila, Dios ha usado la naturaleza para hablarme y llamar mi atención para recordarme que él es fiel a sus promesas y que lo que él me ha prometido a través de su palabra se cumplirá. También, a recibir revelación de su carácter, de su gran amor por mí, y poder vivir experiencias que me confirman al Dios que yo le sirvo y que nos sorprende con cosas mayores a las que podemos pedir o imaginar.

Cuando ves un arcoíris, ¿piensas en dar gracias?

El arcoíris es la señal del pacto que hizo Dios con Noé después del diluvio que exterminó a
todo ser viviente y todo animal que había sobre la faz de la tierra.

Una de mis últimas experiencias con Dios ha sido que él me trae a la mente el recuerdo del arcoíris o me pone un sentir de que lo voy a ver y así ha sido. Dios también ha usado los pájaros cantando de madrugada para hacerme consciente de su presencia en mi vida.

Dios tocará tu corazón para atraerte a él y lo hará de la manera que él determine hacerlo, porque es fiel y sus promesas se cumplirán una por una en nuestras vidas. La próxima vez que veas un arcoíris en las nubes piensa en la fidelidad de Dios, en su pacto con la humanidad. Dios puso el arcoíris en el cielo para recordar su pacto, así también recordemos que tenemos un Dios fiel que cumple sus promesas y las cumplirá en nuestras vidas. Por su fidelidad y amor tan grande damos gracias.