Trujillana escribe su primer libro a los 68 años

14 Feb
Ana Rivera. (Foto/Vicente Toledo)

Vicente Toledo Rohena
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TRUJILLO ALTO – En su rostro y su mirada sobresale la humildad. Pero, detrás de Ana Rivera existe una mujer luchadora, de pueblo, que va en busca de lo que quiere. Aunque nació en Morovis, vive hace 40 años en Quebrada Grande, Trujillo Alto. Día a día se levanta para abrir su quiosco en la plaza del mercado. Todos los que pasan cerca del quiosco ‘Abejas Bonsai’ la saludan. A veces desde la otra acera escuchas los saludos, hola Ana. Es una mujer que no se detiene, de las personas que desean ayudar a los demás; y le brinda una sonrisa sincera. Uno de los retos más grandes que ha tenido es aventurar en la escritura, pues como ella misma dice, nunca es tarde.

“Desde pequeña me ha gustado escribir. Y nunca es tarde para lograr lo que te propongas. Escribí mi primer libro a los 68 años. El título es ‘Ana auténtica forjadora de valores’ y ha tenido muy buena aceptación… es como una biografía de todo lo que he tenido que luchar desde pequeña. A los 13 años ya trabajaba…no pude estudiar. En casa habian 12 hermanos -hoy día todos profesionales- menos yo. Me dediqué en ayudar a mis padres con el sustento de mis hermanos y la casa y así fue mi vida hasta que me casé a los 22”, dijo Rivera.

“Siempre quise escribir un libro, y como que contar mi historia para que otras personas se motivaran. Que vieran que escribí un libro a los 68 años. Que no hay edad ni límites para realizar tus sueños; que puedes lograr lo que quieras si te lo propones. Nunca ponerte limitaciones en la vida”, señaló Ana, quien tiene ya escrito, además del libro biográfico, dos poemarios.

Los dos poemarios se titulan: ‘Angustia de amar’ y ‘Debajo de la piel’.

Toda su aventura para escribir su primer libro surgió cuando contactó a un editor de Canóvanas y le pidió que escribiera un libro sobre sus vivencias; y el editor le contestó, tú vas a escribirlo. Lo que se convirtió en una gran aventura. Según Ana su libro ha tenido aceptación y es una herramienta de superación. Gracias al libro, viajó a Nueva York a la Parada Puertorriqueña y desfiló en una caravana. Lo que representó una experiencia hermosa.

Pero, su trabajo no termina con los libros. “Voy a las escuelas y brindo charlas a los jóvenes… pero también lo hago con los adultos –edad dorada- para que se motiven… existe mucha gente adulta que llegan a cierta edad y se amontonan en sus casas a quejarse y ver televisión… les doy esas charlas de motivación para que vean que nunca es tarde para lograr lo que se quiere”, concluyó diciendo.