Tu armadura protectora

08 Apr

Por: René Ayuso

Cuando te levantes todos los días, ponte tu armadura protectora. No dejes tu día al azar; toma posesión de él y ríndeselo al Señor.

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René Ayuso

Ponte las siguientes piezas de la armadura que te da Dios:

  1. Ciñe tu lomo con la verdad

Debemos ceñirnos con la verdad y no permitir que nada más que la verdad entre a nuestros pensamientos o nuestra situación.

  1. Vístete con la coraza de justicia

La justicia perfecta de Dios es lo que cubre nuestro corazón, y es lo que Dios ve cuando nos observa. Nuestra decisión cada día debe ser vivir una vida justa, no por nuestras propias fuerzas, sino por la capacitación del Espíritu Santo en nosotros.

  1. Cálzate los pies con el apresto del evangelio de la paz

Tener paz con Dios y paz en Dios es una base inquebrantable desde donde podemos defendernos y continuar estando firmes. Dios tiene paz para nosotros que va más allá de nuestra comprensión.

  1. Toma el escudo de la fe

El escudo que tenemos en contra de las flechas del enemigo es nuestra fe, y es una protección poderosa de todo eso. Nuestra fe crece y se fortalece a medida que leemos la Palabra y pasamos tiempo con Dios en oración.

  1. Toma el yelmo de la salvación

El enemigo quiere que estés cegado a todo lo que Jesús logró por ti cuando murió. El yelmo de la salvación nos da una nueva perspectiva de nosotros mismos que se alinea con la opinión que el Padre tiene de nosotros.

  1. Toma la espada del espíritu, que es la Palabra de Dios

Cuando recibes al Señor, el Espíritu Santo en ti hace que la Palabra cobre vida en tu mente, alma y espíritu. La Palabra de Dios es tan poderosa que es una espada de dos filos en nuestras manos. Esto significa que es un arma defensiva, así como ofensiva. Como guerreros de oración necesitamos las dos cosas.