Un nuevo año, un nuevo tiempo

30 Jan

Drs. Carlos y Vidalina Echevarría
Psicólogos, pastores y consejeros cristianos

Hablamos de un nuevo tiempo. ¿Qué es el tiempo? Para Platón, el tiempo era una imagen móvil de la eternidad, algo que pasa y que es breve para los que lo utilizan mal. Para Shakespeare, el tiempo es, muy lento para los que esperan, es muy rápido para los que temen, muy largo para los para los que sufren, muy corto para los que gozan; pero para quienes aman, el tiempo es eternidad. El sabio rey Salomón habla que hay un tiempo para cada cosa y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora (Eclesiastés 3:1).

(Foto/Suministrada)

Estamos en las postrimerías del primer mes de este nuevo tiempo. Tenemos el regalo de un nuevo año para vivir. Muchos de nosotros terminamos el año con muchas metas para el año que acaba de comenzar y te invitamos a sacar tiempo para evaluar cuanto de lo planeado has logrado en estas tres semanas. En esa evaluación la clave es que seas sincero contigo mismo. Si no lo has logrado en el pasado, no te desanimes. Comienza a planear, pero para sentirte bien es necesario que respetes tus metas y sueños. Si deseas aprender algo, matricúlate en lo deseas aprender, échale mano a tus sueños. La prueba de que tu deseo no es una simple emoción está en tu plan de acción.

Así que si no lo has pensado comienza hoy. Ponte metas, respétalas, escríbelas, busca alcanzarlas, ponle fecha y planea como hacerlo. Evalúa en que inviertes tu tiempo y tu dinero y así determinarás lo que de verdad deseas. Evalúa Ias metas a largo plazo, porque tal vez algunas hayan cambiado. Siéntate, has planes, evalúa tus posibilidades, busca opciones y Iánzate a obtenerlo. Pero debes de terminar lo que has comenzado ya o vas a comenzar para que nadie se burle de ti (Lucas 13:28-29).

Muchos hemos pensado en ser mejores personas y regresar a las raíces de la fe. Te felicitamos, porque la felicidad empieza con fe y la clave para alcanzar esos sueños que Dios te ha dado, está en tener fe en ti mismo, fe en tu prójimo (que te puede ayudar), y fe en Dios. No seas un casi vencedor. Vamos a ti, tú sí puedes. (Filipenses 4:13).