Una historia de adopción con un final feliz

18 Jun

Por: Redacción Presencia
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CAROLINA – La historia de Mía tuvo un final feliz, gracias al Programa de Adopciones del Centro de Control de Animales de Carolina, y de una dueña responsable que al no poderla cuidar en su hogar, la entregó en adopción.

Mía es una de tantos animalitos que el Centro recibe a diario, de personas que por algún motivo de salud o de mudanza ya no pueden cuidar a sus mascotas como es debido. foto/ suministrada
Mía es una de tantos animalitos que el Centro recibe a diario, de personas que por algún motivo de salud o de mudanza ya no pueden cuidar a sus mascotas como es debido.
foto/ suministrada

La perrita de tres años de edad y cinco libras y media es ahora la dueña del hogar de Isabel Porrata Madera, una residente de Guaynabo a quien en días pasados se le había muerto su amado perro Pancho. La pérdida de ese fiel compañero le provocó a su dueña un vacío del que no lograba reponerse.

Primero vinieron los llantos. Luego una profunda tristeza. Hasta que Dallymar, la hija de una vecina inmediata se compadeció de ella y le prometió que la llevaría ese mismo sábado a un lugar especial para que pudiera adoptar otro perrito que llenara el espacio dejado por la pérdida de Pancho.

Sin mucho pensarlo, las amigas se subieron al automóvil que las condujo hasta el Centro de Control de Animales de Carolina. A su llegada, las trasladaron a la sección donde se encuentran los perros y gatos listos para adopción, y de ahí en adelante, el destino se hizo cargo. Todo ocurrió en un santiamén.

Allí estaba Mía: mitad “terrier”, mitad chihuahua, mitad blanca, mitad negra, temblando como una hoja que la agita el viento por la algarabía de sus vecinos, que con sus ladridos inquietos intentaban llamar la atención de las visitantes para que los rescataran de sus jaulas y les dieran un buen hogar.

No, no fue amor a primera vista, comenta la nueva dueña. “Yo puse los ojos en un puppy preciosísimo y fue Dallymar quien se fijó en la temblorosa y humilde perrita. Ella insistó y yo le di una oportunidad a Mía.  Al sacarla de la jaula y tratarla por un ratito fue que me enamoré de ella porque pude comprobar lo cariñosa, tranquila y buena que era”, indica.

Con su timidez, su belleza física y sus buenos modales –pues ni ladraba–, le robó el corazón a la mamá de Pancho, que al verla, se decidió de inmediato. “Me la llevo”, enunció, y tras la afirmación, se la sacaron de la jaula.

Inmediatamente, la vida volvió a sonreírle a ambas: la mamá de Pancho se hizo de su nueva “hija” y Mía se depositó en sus brazos no sin antes soltar dos lágrimas de emoción, según aseguró su nueva dueña.

Mía es una de tantos animalitos que el Centro recibe a diario, de personas que por algún motivo de salud o de mudanza ya no pueden cuidar a sus mascotas como es debido, y en lugar de lanzarlas a la calle, las entregan para que el Centro, a través de las redes sociales y los anuncios en los periódicos regionales y en Viva Carolina la Revista, consigan un dueño responsable que las adopte.

Mía llegó a su nuevo hogar esterilizada, con todas las vacunas al día y registrada en el CCA con un chip que la identifica. Pasó la cuarentena en el Centro antes de poderse ir a su nuevo hogar. De esta forma, los directivos del CCA se aseguran de que el animalito esté saludable y sin problemas antes de entregarlo a su nuevo dueño.

El Gobierno Municipal Autónomo de Carolina, a través del Centro de Control de Animales, tiene una campaña para sensibilizar a sus residentes sobre la responsabilidad que conlleva el tener una mascota y cuidarla como es debido. Los animalitos tienen sentimientos y sufren el abandono y el maltrato de aquellos que debieran velar por su bienestar, acciones que este gobierno municipal combate y que se tienen que superar mediante una campaña de educación ciudadana.

Si interesas adoptar y convertirte en un dueño feliz de mascotas, puedes visitar el Centro de Control de Animales que está abierto de martes a sábado, o comunicarte al teléfono (787) 757-2626, extensiones 4803 y 4806.