SAN JUAN – El Senador independiente, José A. Vargas Vidot, cree en las causas nobles; en la unidad con propósito; en los valores humanos; en escuchar a la juventud; en la justicia social; en la reivindicación; en la diversidad; en el orgullo y en tener criterio propio para romper las cadenas de la indiferencia hacia cualquier sector marginado o sometido en el país. Por esa y otras razones, el Senador defiende, solidariza y siente profunda admiración por cada persona que integra la comunidad LGBTTIQ, y en especial, por la celebración del mes del Orgullo LGBTTIQ.
No cabe la menor duda que hoy día las palabras diversidad, equidad y unidad son provocadoras, trascendentales, y en ocasiones, controversiales ante la opinión pública. Pues, lamentablemente, de ellas nacen conflictos innecesarios que pactan equivocadamente puntos de vista divisorios y crean un diluvio de intolerancia, y violencia disimulada que nubla el entendimiento, y que no se basa en la razón, sino en las creencias infundadas.
“El país se empobrece cuando los derechos humanos son pisoteados; cuando basamos nuestros criterios en extremos y nos creemos los únicos seres guardianes de una verdad alucinada. Aun así, se cree disfrutar de todos los derechos y las razones según las experiencias de vida, y se vive a la sombra de aquellos y aquellas que buscan esperanza. No podemos ser jueces o juezas y jurado a la vez…, nuestra misión es individual ante la vida y Dios”, señaló Vargas Vidot.
Para el Senador, a quien le une profundos lazos con la comunidad LGBTTIQ, el Orgullo LGBTTIQ es más que una expresión que define un momento de celebración, es el orgullo que abre los corazones sin miedo, sin odios y sin indiferencias. El reconocimiento del Orgullo LGBTTIQ en Puerto Rico y a nivel internacional, se basa en realzar el amor y respeto hacia los seres humanos. Donde la justicia social es protagonista de historias para heterosexuales, homosexuales, lesbianas, bisexuales, personas trans, entre otras identidades de género que reclaman dos variables comunes: visibilidad y equidad.
Por último, es muy importante que el país apodere sus luchas en aquellas causas que construyen y no destruyen. La calidad de vida, el bienestar común, la necesidad colectiva, espiritual, física y mental, son algunas de las puntas de lanza que ayudan a crear puentes de aceptación y no de limitación. “Debemos lograr como sociedad erradicar el odio, la violencia de género, la persecución segada por nuestros prejuicios de ver el mundo por el ojo de una aguja. La dignidad humana es como la libertad, son preciadas para cualquier ser humano. No seamos rivales con la palabra…, evitemos la censura hueca y busquemos un espacio para apoderarnos del amor”, puntualizó el Senador.