Sobre terrorismo en Puerto Rico

20 Jul

Jaime Torres Torres
Especial para Presencia

La pesadilla de Niza, en Francia, confirma que los actos terroristas necesariamente no siempre se orquestan con la detonación de bombas, disparos a mansalva u ofensivas de kamikazes o atacantes suicidas, sino que abarcan las estrategias de odio más inverosímiles.

(Foto/Archivo)
(Foto/Archivo)

En las últimas horas ha trascendido que entre los presuntos objetivos del Estado Islámico en Puerto Rico aparecen aeropuertos, medios de comunicación, dependencias federales (Servicio Postal, Bosque Nacional, Tribunal Federal, etc.), estatales y lugares de concentración multitudinaria, como coliseos, estadios, centros comerciales y eventos al aire libre.

La sargenta retirada de las Fuerzas Armadas, Nilda Bonano, es una experta en medidas antiterroristas en Puerto Rico. En sus orientaciones a la comunidad, como voluntaria de la unidad 8 de CERT en Luquillo, reitera la importancia de estar alerta.

“No podemos bajar la guardia en esta situación y tampoco se trata de crear un estado de pánico en las comunidades, sino estar alerta”, dijo Bonano, certificada como oficial de seguridad física con entrenamiento en anti terrorismo del Ejército de Estados Unidos y de la American Society Industrial Security.

La sargenta, residente en Luquillo y quien trabajó en la prisión para los terroristas de Al-Qaeda en la base aérea de Bagram, advirtió que existen dos tipos de terrorismo: el internacional, en el que se conocen más de 17 células, y el doméstico.

“Este tiene que ver con el estado del País, que ahora mismo incluye situaciones como las de UBER, lo del Sika, el estado económico y la situación política. No es que sean células terroristas, pero son temas que interesan al puertorriqueño y nos afectan. Si hablamos de terrorismo doméstico, habría que ver la conducta de los grupos que quieren llevar al gobierno a lo que quieren y cómo lo van a hacer”, explicó Bonano, quien no descarta que puertorriqueños estén aliados a ISIS y Al Qaeda, como en un pasado lo hizo José Padilla, el llamado ‘talibán boricua’.

Bonano recordó que la semana pasada la bandera de alerta del nivel de seguridad en Puerto Rico era amarilla, color que advierte cuando hay una amenaza latente de un acto terrorista contra Estados Unidos y sus territorios.

Crucial la ayuda ciudadana

Por su parte, el teniente Francisco Mari, del Real Time Crime Center, entidad que colabora estrechamente con Homeland Security, alertó a la ciudadanía a que sea más proactiva en la vigilancia en sus lugares de trabajo y centros de entretenimiento.

“El problema no es la policía, que sabe lo que tiene que hacer, sino el ciudadano, a quien orientamos y le ofrecemos las herramientas necesarias, porque en lo que llega la policía, hay que saber qué hacer. Todo lo de la seguridad comienza con el ciudadano. Deben observar todas las actividades sospechosas, educarse, adiestrarse y notificar a las autoridades. La situación en Puerto Rico no está nada de fácil”, dijo Mari al instar a las comunidades a que llamen al 787-793-1213 y soliciten los talleres de orientación, que son libres de costo.

Mientras, el Teniente I, René G. Ramírez Latorre, director interino de la Oficina de Explosivos y Seguridad Pública de la Policía de Puerto Rico, recordó que diariamente son decenas las llamadas anónimas que reciben sobre amenazas de bombas.

“Exhortamos a que cualquier ciudadano que entienda que hay un artefacto explosivo sospechoso informe a la policía, además de que debemos recordar que cualquier tipo de llamada de amenaza que resulte falsa es un delito procesable por el Código Penal”.

Las llamadas falsas, continuó diciendo, apuntan a las universidades, los tribunales, los medios noticiosos, los bancos y las empresas en conflictos obrero patronales como posibles objetivos de atentados terroristas.

“Las agencias federales tampoco están exentas”, acotó.

“Como pueblo, como país, debemos buscar fomentar la paz. Cualquier acto en contra de eso sería nocivo en términos de la salud emocional y mental de todos los ciudadanos. Exhorto a que cualquier persona que advierta un acto que pudiera atentar contra el gobierno se debe alejar e informar a la Policía de Puerto Rico al 787-343-2020”.

Advierte el FBI

Lo cierto es que un ataque terrorista a la Isla, como territorio de Estados Unidos, parece inminente, según lo informó el jefe local del Negociado Federal de Investigaciones (FBI), Douglas A. Leff.

“El terrorismo islámico puede atacar aquí, y así será”, dijo Leff, quien el pasado fin de semana circuló un comunicado alertando al País.

“El FBI recibió información de que un grupo afiliado al Estado Islámico planifica ataques en Puerto Rico”, reiteró Leff al asegurar que la agencia federal se encuentra inmersa en una investigación para evitar que se cristalice la ofensiva terrorista.

Ante la realidad que enfrenta el País, Epifanio Jiménez, ex director de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Desastres, recordó que es responsabilidad de cada familia implantar una ofensiva anti terrorista.

“La unidad básica de la sociedad es la familia. Si la familia está preparada podemos evitar pérdidas de vida y propiedad. Los objetivos de estos movimientos son aquellos que respondan al terror y donde interrumpan la actividad cotidiana, económica, social y religiosa”.

Sin embargo, Jiménez reconoció que es mucho el camino que le resta por recorrer al gobierno para orientar al pueblo. Sobran planes de contingencia para enfrentar emergencias por terremotos, huracanes y tsunamis, pero apenas se considera el terrorismo.

“En el caso de un terremoto, desde 1918, no ocurre uno y la gente lo subestima. En el caso del terrorismo es lo mismo. Para los actos que se originan del hombre, como el terrorismo, no hay ninguna preparación. Se subestiman. En Puerto Rico no hay una cultura de prevención para el terrorismo”.

Señales de un ataque terrorista

  • Vigilancia: El área elegida es vigilada y estudiada cuidadosamente. Esto puede incluir actividades de grabación o monitoreo.
  • Obtención: Se reúne información específica sobre el objetivo previsto. Esto puede ser hecho por correo, por teléfono o en persona.
  • Pruebas de Seguridad: Se prueban y analizan las medidas locales de seguridad, incluyendo la medición de los tiempos de reacción a las violaciones de la seguridad o intentos por penetrar la seguridad. 
  • Financiamiento: Recaudar, transferir y gastar dinero, lo cual puede incluir la venta de drogas o de mercancía robada, canalizando el dinero a través de negocios u organizaciones benéficas.
  • Adquisición de suministros: Se reúnen los suministros necesarios para preparar el ataque, incluyendo armas y piezas de las armas, transporte y comunicaciones. Los suministros se comprarían sólo con dinero en efectivo.
  • Suplantación o gente sospechosa que no pertenece al lugar: Gente que suplanta los roles para obtener acceso o información, y gente que no encaja o que no parece pertenecer al lugar.
  • Ensayos y simulacros: Los grupos o los individuos realizan con frecuencia ensayos de prueba antes del ataque verdadero.
  • Despliegue: La fase final y más urgente, cuando los terroristas despliegan sus recursos y se alistan en sus posiciones. El ataque es inminente.

(Fuente: Sra. Nilda Bonano, Sargento Retirada de las Fuerzas Armadas)