Convergencia de expresiones: Eddie Ferraioli entre vitrales y las letras

18 May

Vicente Toledo Rohena
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HUMACAO – Es un maestro que aborda el arte del mosaico con dominio pleno del tiempo y espacio. El vitralista Eddie Ferraioli siempre se encuentra inmerso y dominado por los sentimientos y expresiones que lo apasionan. Desde su taller en Humacao, y a manos llenas, está de plácemes con lo que representa el proyecto más grande e importante de vitrales que ha realizado hasta el momento.

Eddie Ferraioli. (Foto/Suministrada)

“Puedo decir que estoy trabajando en varios frente a la misma vez. Pero, de todo lo que estoy haciendo ahora, el proyecto para la iglesia Stella Maris en Condado, es el más grande e importante que he realizado hasta ahora. Me comisionaron la realización de 72 vitrales. Estoy realizando el trabajo junto a mi esposa… y lo iniciamos hace más o menos un año y medio”, explicó Ferraioli, sobre el trabajo que espera concluir en junio para rápidamente iniciar con el proceso de instalación.

“Me recreo mucho en la flora. La presencia de la naturaleza en nuestras vidas e importante y cuando me reuní con el comité de aprobación de la comisión, les comenté sobre mi interés de crear un diseño más sobre la flora, que irme por la ruta de los símbolos religiosos…”, dijo.

Parte del proyecto de vitrales en la Iglesia Stella Maris. (Foto/Suministrada)

El tema y la línea artística de la obra en vitrales que realiza el artista para la iglesia Stella Maris, converge de manera natural con la encíclica expuesta por el papa Francisco, sobre el medio ambiente; donde invita a dar protección al planeta de la degradación medioambiental, y censura al sistema actual económico, que explota los recursos naturales sin consideración ética o moral. El artista toma la encomienda con mucho entusiasmo.

El proyecto se compone de tres subproyectos. Primeramente, recoge lo que son los vitrales de la fachada. Para los mismos, Ferraioli utilizó la trinitaria “porque para los católicos, la santísima trinidad es uno de los conceptos más importantes. Les pedí que me permitieran hacer los vitrales usando la trinidad”, apuntó.

Como un segundo paso, entra el clásico rosetón. “Es lo que simboliza precisamente lo que es la iglesia. Stella Maris: La estrella del mar. Ahí jugué con hacer el diseño de una estrella de mar, que es la pieza que también irá en la fechada. Quizás esa, sea, la más difícil de hacer de todas. El tamaño es 8×8, y es necesario hacerlo en cuatro secciones… una forma bastante compleja.

Parte del proyecto de vitrales en la Iglesia Stella Maris. (Foto/Suministrada)

Finalmente, están los vitrales del interior. Son 12, y me fui con un simbolismo más directo, el crucifijo y el árbol de la vida”, detalló el vitralista con orgullo y alegría. Le envuelve la idea, que todo el que entre a la iglesia, pueda contemplar el trabajo. Asimismo, lo llena de inquietud, que este tipo de expresión artística lo invite a pensar en su mortalidad, porque ese trabajo podrá permanecer ahí durante los próximos 500 años.

Por otro lado, se encuentra laborando en la apertura de su nueva galería en Miramar (Fernández Juncos #753), la que trabajará por citas, ya que continuará con su taller principal en los bajos de su residencia en Humacao.

“Estoy montando la galería junto a mi sobrino, que es un maestro torneando madera y voy a tener artistas invitados para que puedan exponer sus trabajos. Estoy contento de volver a tener un lugar allí en Miramar, donde están mis raíces… desde la galería puedo ver el apartamento donde viví por 28 años”, señaló con nostalgia.

Nuevo paso: Escritor de novela

Además del inmenso arte que brota de sus manos de forma natural; entre vitarles y mosaicos, recientemente presentó su primera novela. Un ambicioso proyecto con el que sonó siempre y complementa en la línea de la literatura, sus poemarios previos, basados en obras realizadas con mosaicos sobre vírgenes y la naturaleza. Entre los dos poemarios presentados, podemos mencionar su primer y acertado libro en versos titulado ‘Vírgenes eróticas y ángeles lascivos’.

“Esto fue un sueño que tuve desde pequeño. Desde que aprendí donde estaba Italia y Alemania, porque mis descendientes son de esas dos naciones. Algo que siempre quise hacer, escribir sobre eso… pero desafortunadamente tuve un trauma a los seis años, un trauma sicológico que me imposibilitó hablar y escribir con fluidez. Dejé a un lado la palabra y la escritura y dejé que mis manos expresaran mis sentimientos, lo que tenía en mi interior”, detalló el suceso lentamente.

“En 2002 comencé a tomar un medicamento que pudo estabilizar el desbalance químico que tenía. Y milagrosamente comenzó a fluir la palabra. Aquel impedimento que tenía en la química celebrar desapareció y comenzó a fluir la palabra. Entonces, escribí los dos poemarios, sobre mi trabajo de vírgenes en mosaicos y hace siete años comenzó a escribir la primera novela, que es parte de una trilogía”, dijo Ferraioli que recordó la proeza de escribirla a mano y en papel, sin la utilización de una computadora.

Con la ayuda y complicidad de su hermana y esposa, que lograron pasar en limpio y a computadora la novela; y tras cinco años de extensa labor junto a su editora, Gizelle Borrero, pudo surcar los senderos novelísticos con ‘Semilla amarga: Tras la esperanza del oro negro’.

“El oro negro es el café, no es el petróleo”, ríe, mientras habla. “Es un tema bien relacionado a Puerto Rico. Una novela histórica. Parte es ficción, aunque basada en las realidades mis abuelos… tiene el componente histórico, porque mis abuelos llegan 1898 con la invasión norteamericana. La parte histórica y de fechas son como supuestamente las presenta la historia. Italia, Alemania y España están bien representada en la novela”, concluyó diciendo.