Entienda que Dios es su fuente para prosperar en su vida

07/03/2013

Por: Apóstoles Iván García y Amarylis Ramos

“17 Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir.”
Isaías 48:17

Apóstol Elvis Iván García y su esposa la Pastora Amarilys Ramos. (Foto/Suministrada)
Apóstol Elvis Iván García y su esposa la Pastora Amarilys Ramos. (Foto/Suministrada)

No es su trabajo, no es su jubilación, no es su mamá, es Dios. A través de los evangelios el Señor Jesús cita ciento treinta y seis casos donde él reconoce al Padre como la fuente de la provisión. Nosotros no podemos hacer menos que lo que hizo Jesús. Hasta en el Padre nuestro lo añadió dentro de la oración. Hablando con el Padre lo reconoció como fuente de toda bendición y de toda gloria y honra, pero también dijo: “el pan nuestro de cada día dánoslo hoy”.

Dijo: “hoy” como para acordarse que cada día la provisión viene de Dios, cada día hay que acordarse de que Él es fuente de provisión, cada día hay que acordarse que la bendición en cada área de su vida viene de parte de Dios. Sólo Dios puede hacer que la provisión sobrenatural fluya de sus manos.

Así como él es la fuente de la provisión, sólo él le enseña a usted cómo se puede entrar al terreno de lo sobrenatural. Tome esta palabra como algo muy importante para su vida. Él es su redentor, Él es su Dios, Él es su Señor,  pero también es el que le enseña.

Lo que le enseña el Señor siempre es para provecho y para bendición para la gloria de Dios. Y si aplica sus principios va a vivir una vida plena, una vida abundante, una vida bendecida y llena de todas las bendiciones del Señor.

Él es el que lo encamina por el camino que debe de seguir. Ahí está la prosperidad de su alma, en su alma está su voluntad. Dios le puede enseñar y le puede mostrar el camino, pero el que decide entrar y caminar por ese camino es usted.

Dios quiere hacer algo más que resolver una crisis inmediata, él quiere llenar sus manos con abundancia y sus manos están conectadas con su corazón.  Si las cosas no funcionan bien en el corazón, sus manos no harán lo que deben de hacer.  Hay que darle lugar a la Palabra de nuestro Dios en el corazón que se revele, que se manifieste y permitir que el potencial divino comience a liberarse para ser de bendición y tiene que crecer en los caminos de avance que Dios tiene para su vida.