Por: Karinna Bejarano

Los problemas financieros pueden ser abrumadores de sobremanera. En este tiempo, donde muchos han optado por buscar el bien de su familia por otros rumbos, pienso en los que aún permanecemos aquí.

A pesar de que hay mucha gente sin trabajo, escuelas han cerrado, y muchas otras situaciones que vemos a diario, creo firmemente que este es un tiempo para confiar en Dios.

La palabra de Dios no se recuerda en Filipenses 4: 6-7 que no debemos inquietarnos por nada, y que presentemos nuestras peticiones a Dios con oración y ruego, y nos dice que la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento cuidará nuestro corazón y pensamientos en Cristo Jesús.

Te exhorto a levantar tu voz al cielo y clamar al padre por Puerto Rico. A confiar que vienen tiempos mejores porque no he visto justo desamparado ni su descendencia que mendigue pan dice la palabra del Padre.

Te exhorto a que declares y creas para tu casa y para toda tu isla. No seamos solo espectadores al ver los días y las noches pasar, seamos hacedores en clamar al padre con oración y ruego en todo tiempo.

Haz conmigo un ejercicio diario de sacar solo unos minutos y detenerte a clamar por Puerto Rico, a interceder por las familias de esta hermosa tierra bendita.

Declaremos el favor, el bien y la misericordia de Dios para Puerto Rico.

Cerca está mi justicia, ha salido mi salvación, y mis brazos juzgarán a los pueblos, por mi esperan las costas, y en mi brazo ponen su esperanza. Isaías 51:5

¡Confiemos en Dios!