Hay silencios que dan vergüenza

19 Jan

Por: Juan José Díaz Díaz
Especial para Presencia

Vivimos en una sociedad tan democrática que, nos guste o no, permite que cada cual haga casi cualquier cosa, después que no sea ilegal… y eso incluye politiquear. No me lo tomen a mal, pues yo también he politiqueado, y mucho. Lo que pasa es que una cosa es politiquear para adelantar las causas políticas en las que uno cree, genuinamente, siendo honesto, y otra muy diferente es politiquear tratando de coger a todo el mundo de pensuaco. Me explico.

Juan José Díaz Díaz. (Foto/suminsitrada)

En Puerto Rico están choretos los grupos que se hacen pasar por defensores de alguna causa noble, justa, no política, pero en el fondo, solo se activan para politiquear, dependiendo de quién esté en el poder en nuestro gobierno.

No obstante, hoy quiero hablarles de los que, además de provocarme molestia, me entristecen… me dan vergüenza.

Se trata de los grupos feministas o llamados defensores de los derechos de las mujeres en Puerto Rico. Los que me conocen saben que yo soy feminista. Creo en la igualdad para la mujer, y condeno todo tipo de violencia contra ellas, ya sea física, emocional, o de cualquier otro tipo. Dios es mi mejor testigo, inclusive, de la emoción que siento cuando una puertorriqueña alcanza algún puesto importante, o se destaca en áreas donde hemos sido los hombres los que hemos acaparado. Sin embargo, no puedo callar ante lo que he estado observando de estos grupos feministas en los últimos meses.

En diciembre de 2012, las representantes del Movimiento Amplio de Mujeres, y del Proyecto Matria, felicitaron al gobernador electo entonces, Alejandro García Padilla, por haber nombrado a varias mujeres en su gabinete. Enviaron comunicados de prensa, dieron entrevistas, y fue toda una celebración.

Sin embargo, el silencio que las representantes de estos y otros grupos “feministas” han guardado durante estos meses, tras los múltiples nombramientos de mujeres en el gabinete del doctor Ricardo Rosselló Nevares, es ensordecedor. De pronto, los logros de nuestras mujeres dejaron de ser importantes para ellas. Es como si para las integrantes del Proyecto Matria y del Movimiento Amplio de Mujeres, entre otros, las mujeres afines con el PNP tuvieran menos valor que las afiliadas al partido popular, al PIP, el MUS o el PPT, partido por el cual la líder del Proyecto Matria aspiró al senado por acumulación, obteniendo menos votos que los que obtenía Toño Bicicleta hace un par de décadas.

El valor de cada ser humano, no puede estar sujeto a su afiliación política. Sinceramente, pienso que, si estas “líderes feministas” no quieren felicitar al gobernador por los nombramientos de tantas mujeres en su administración, tal y como hicieron con García Padilla hace varios años, por lo menos podían felicitarlas a ellas personalmente. Pero no, no lo han hecho, y su silencio me da vergüenza.