La partidocracia, la meritocracia y el líder

02 Dec

Por: Juan Fernando Cruz Torres
Conferenciante internacional, autor y empresario

La partidocracia que prevalece en nuestro país evidentemente nos abruma y quiere hacernos creer que no tenemos opciones. Afortunadamente, hace algún tiempo aprendí algo que comparto en mi libro ACTITUD: La diferencia entre ser parte del problema o ser parte de la solución, “Una crisis, por lo general, es una aparente falta de opciones”.

Juan Fernando Cruz Torres, conferenciante internacional, escritor y empresario. (Foto/Suministrada)
Juan Fernando Cruz Torres,
conferenciante internacional, escritor y empresario. (Foto/Suministrada)

Otro principio poderoso que de igual manera he compartido anteriormente, lo es que “Ni la frustración, ni la resignación, ni la negación, ni la victimización son la solución; la solución está en crecernos”.

Posiblemente al igual que tú, soy del pensar que “es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad”. Sin embargo, he aprendido que “la educación no debe ser motivo para renunciar a nuestro derecho a la indignación ante la inmoralidad y la injusticia”.  Sin considerar si es o no “political correct” mi planteamiento, porque no aspiro a ningún cargo ni posición en el gobierno, y mi lealtad primaria responde a mi conciencia.

El problema de esta partidocracia es que quienes sean los que salen electos, se rodean como asesores de quienes han perdido en elecciones anteriores y seguimos en el mismo círculo vicioso”.

Como hemos visto, muchos de estos políticos no tienen problemas en evidenciar que anteponen sus intereses y los de sus partidos al bienestar del pueblo al que prometen servir. Confieso que algunos de ellos me recuerdan a los sicarios de Pablo Escobar, en especial a uno de ellos que usaba un crucifijo en el pecho y recitaba pasajes bíblicos antes de asesinar a sus víctimas.

Estos hacen lo mismo. Van a misas y cultos, procuran que los vean en concentraciones religiosas, pero a la hora de actuar, nada que ver; se alinean con sus lealtades primarias y los intereses de sus oligarcas y amigos del alma.

Es de todos conocido, que este esquema de los dos principales partidos para alternarse en el poder, que algunos piensan que funciona como una especie de “Cosa nostra partidista” demandará de nosotros una determinación férrea para que podamos superarlo.

La meritocracia, por el contrario, en términos generales, invita y postula a que seleccionemos a los líderes mediante el mérito y su trayectoria de servicio, su capacidad profesional y autoridad moral.

Sabemos que la fiebre no está en la sábana, que está en el enfermo. Es decir, no es la política el mal, el mal son los partidos y esencialmente, muchos de sus líderes. El problema de esta partidocracia es que quienes sean los que salen electos, se rodean como asesores de quienes han perdido en elecciones anteriores y seguimos en el mismo círculo vicioso.

Hablando claro y con franqueza de espíritu, ¿si tuvieses que votar usando como base el mérito, volverías a elegir a quienes nos han traído hasta aquí? Si de verdad somos capaces de aprender de nuestro pasado, Vieques es una lección que debemos replicar.

La pregunta es: ¿Tendremos que hacer una desobediencia civil indefinida, o por lo menos por seis meses, frente al Capitolio y la Fortaleza en una convocatoria amplia con uniones y el pueblo en general, en la que presentemos al menos 12 tesis o reclamos principales para reparar los defectos de esta seudodemocracia amañada?  ¿Tú qué opinas?

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