Por: Lourdes Matos
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Tan pronto adquieras tu nueva mascota, lo primero –y lo más importante– que debes hacer antes de llevarla a casa es visitar al veterinario.

Al igual que con tu médico de cabecera, busca a uno que goce de tu confianza. Si no conoces alguno, seguramente alguien cercano a ti posee una mascota y puede recomendarte uno. Lo preferible es que el veterinario que consigas sea accesible en casos de emergencia, que por lo general suelen suceder cuando nuestras mascotas son cachorros y nos desesperamos cuando no tenemos quién nos ayude.

Para el animalito, esta primera visita puede ser una experiencia un poco estresante, por eso debes estar positivo ante esta nueva experiencia; recuerda que los animales sienten nuestra energía.

Te recomiendo que le hables por el camino y le lleves alguna golosina. Lleva a tu mascota en un bulto o “kennel” y que no se te olvide su collar con correa.

El veterinario le realizará un examen completo y verificará que esté libre de parásitos y otros problemas de salud. Le verificarán su boca, ojos, oídos, corazón, bronquios, pulmones, aparato digestivo, pelaje, temperatura y le harán un fecal (para saber si tiene algún parásito y darle medicamentos para que los elimine).

Hazle todas las preguntas que tengas al veterinario para que estés bien informado. Temas como la alimentación, vacunación y esterilización serán importantes en esta primera visita. Pregunta cualquier duda que tengas para que así puedas estar bien informado. Tener el conocimiento sobre las necesidades que tiene nuestra mascota es muy importante.

Siempre sigue las indicaciones de tu veterinario; él es experto en mascotas y sabe cómo orientarte. Recuerda que ser un dueño responsable es velar por el bienestar de tu mascota.