La satisfacción de dar y hacer lo que está en nuestras manos

09/03/2014

Por: Janery Astacio Marrero
janerys.astacio@box2170.temp.domains

El que me conoce sabe de mi gran amor por los animales, así que me pidieron el favor de hacer lo que estuviera a mi alcance para ayudar a “un perrito rescatado con problemas en sus patas traseras”. El video que me enseñaron a continuación conmovió mi alma. Las imágenes mostraban al can (un pitbull joven con el encanto de un ojo marrón y otro azul) trasladándose de un lado a otro utilizando solo sus patas delanteras, como si no tuviera conocimiento de que existía parte de su cuerpo luego de sus caderas. Se llama Aquiles.

(Foto/Suministrada)
(Foto/Suministrada)

Pero más que ayudar a Aquiles, me intrigaba conocer al ser humano que se echó a los hombros tan encomiable faena; pues se llama Margorie López, vive en Carolina hace más de lo que recuerda y comparte su hogar con dos canes más.

Una publicación en Facebook alertó a una de las suscriptoras, Suly, quien salió a su rescate.

“Aquiles llega a mí después de ser rescatado de una carretera en Toa Baja donde estuvo inmovilizado por varios días. Esa noche del 20 de julio esperé a Aquiles con la intención de cuidarlo hasta que estuviera estable de salud y listo para ser cuidado por cualquier humano”, relata Margorie, quien lleva dos años rehabilitando animales.

El diagnóstico inicial de una parálisis en sus patas traseras sugiere que el pitbull fue atropellado ydesamparado a su suerte.

“La situación de Aquiles no es fácil de diagnosticar, pues no se sabe qué pudo haber provocado la lesión que tiene en su columna. Las tres evaluaciones demuestran que es neurológico y que tiene una lesión bien fuerte en su columna. ¿Qué la provocó? Tal vez un golpe de un auto o una paliza”, explica la rescatista.

Dos veces al día, Margorie tiene que encargarse de darle las terapias físicas que Aquiles necesita.

Además, gracias a las aportaciones económicas de varias personas, el can puede asistir a sus terapias laser en la Clínica Vista Mar dos veces en semana. Su recuperación también depende de los medicamentos diarios, vitaminas, suplementos, equipo para movilizarlo y una posible intervención quirúrgica.

“Hay días que me quiero dar por vencida pues es mucho trabajo y por las limitaciones económicas, que me llenan de incertidumbre para poder costear sus próximas terapias. Pero, ¿sabes qué no me lo permite? Su mirada. Los besos que me da con su lengüita caliente cuando lo estoy limpiando y dándole su terapia. Las ganas tan poderosas que tiene de ponerse mejor, me llenan de vida a mí misma”, confesó la mujer, quien ya ha socorrido a 16 animalitos.

Como parte de la rehabilitación, Margorie se encarga de que todos los animales tengan las vacunas al día, esterilizarlos y todo aquello en relación a su estado físico. Además, intenta enseñarles que hagan sus necesidades biológicas afuera, que aprendan los comandos básicos y a caminar con la correa (leash), “para que haya menos probabilidad de que los vuelvan a tirar a la calle”, comentó.

“¿Por qué lo haces?”, le pregunté. Honestamente quisiera poder decirles todo lo que me contestó, pero por razones de espacio lo resumiré a, “porque la satisfacción de hacer el bien es grande cuando ayudas a alguien inocente, y porque es mi deber como ciudadano y como ser humano”.

Esta parte me acordó a Mahatma Gandhi, cuando dijo: “La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la manera en que trata a sus animales”.

Si te interesa ayudar a Aquiles, puedes comunicarte con Margorie a través de su correo electrónico, sherliebeach@gmail.com.

Mira el video aquí:    http://www.youtube.com/watch?v=Qf0I-khqQ_U