Mi Mundillo Interactivo: Mamíferas

13 Aug

Por: Gina Delucca
Escritora invitada

No siempre se dicen las cosas como son. La semana pasada se celebró la Semana Internacional de la Lactancia y vimos fotos, reportajes y artículos sobre la lactancia. Siempre me queda la duda de si estarán tratando el tema como algo bonito y romántico y nada más.

Amamantar es más que eso. Hay cosas que hay que decirlas sin mucho rodeo, aunque nos tiren tomates podridos. Las mujeres somos mamíferas… también. Lo que vemos muy normal en los animales no vemos tan normal en los humanos. Pero sí, tenemos dos senos, para en caso de gemelos, y tenemos todo un engranaje hormonal y fisiológico que nos hace producir la leche perfecta para nuestros bebés.

Primero la leche es calostro, lleno de nutrientes y propiedades inmunizantes. Luego la leche regular saldrá a la temperatura perfecta, siguiendo la ley de oferta y demanda, cambiando su consistencia en la medida en que el bebé crece.

El bebé amamantado será más saludable, con más inmunidad, con más inteligencia, con más agilidad, mejores destrezas visual-motoras, entre otras cosas. Será emocionalmente más seguro y más atado a su madre.

Amamantar no sólo ayuda al bebé, sino que a la madre también. Agiliza la cuarentena, le reduce la grasa en el cuerpo, le disminuye las posibilidades de tener cáncer de seno, útero y ovarios, y también osteoporosis. Pero lo mejor es que no sufre el riesgo de un desbalance hormonal posparto. Esto ayuda a reducir la posibilidad de depresión posparto severa.

Además, la mujer que amamanta consistentemente se tardará en volver a ovular. Esto significa que las posibilidades de salir encinta disminuirán por ese período, ayudando esto a espaciar naturalmente los embarazos.

La gran mayoría de las mujeres pueden amamantar. Las razones para no hacerlo son varias, siendo la más común la desinformación y la ignorancia. Si en su familia no hay cultura de lactancia, no se identificará. Hay mujeres que se han operado los senos y otras están tomando ciertos medicamentos fuertes que pasarían al bebé en la leche. También están las que dicen que trataron y no pudieron. A lo mejor fue que la suegra les empezó a decir “Tú no das mucha leche, el nene se quedó sin hambre” y ahí murió el deseo de lactar. Si en el hospital le dan biberón con fórmula, por lo general el bebé no va a querer el seno, no por el sabor de la leche versus la fórmula, sino porque la manera de chupar del biberón es más fácil que la manera natural.

Hay varios mitos que hay que aclarar. Los senos no se caen, nos niños no se engríen y se puede seguir amamantando aún cuando se regresa al trabajo.

Nada como educarse para salir de dudas.

Dios no se equivoca. Nos hizo mamíferas con un propósito. Nos dio maná líquido para que nuestros niños tuvieran el mejor comienzo. Honremos Su voluntad.

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