Municipio de Carolina realiza una vez más el Can-Pamento

28 Jun

CAROLINA — Las risas se mezclaban con los ladridos y las sonrisas se observaban acompañadas por unas colitas agitadas en señal de felicidad. Ellos decidieron compartir el verano con su mascota en el Can-pamento que realiza anualmente el Municipio Autónomo de Carolina; y a juzgar por el ambiente que se percibió en las instalaciones del Estadio Roberto Clemente Walker, la experiencia fue buenísima.

Y es que Carolina, como parte de su amplia oferta de verano, recibió a 25 chicos entre los 5 y los 14 años- cada uno debidamente acompañados de sus perros, para participar del campamento de verano dirigido a aprender técnicas de obediencia y de agilidad con las mascotas. Los instructores Giovanna Álvarez y Javier Santiago acompañados por un grupo de jóvenes líderes del Departamento de Recreación y Deportes Municipal prepararon un ameno calendario de actividades que, además de enseñar el manejo apropiado de estas mascotas, también muestran la importancia del cuidado, respeto y amor hacia los animales.

“Es una experiencia única para ellos y para nosotros es parte de nuestra visión de promover los valores humanos y la protección de los animales. Ellos van al campamento como un equipo y se convierten en aliados en nuestra lucha por evitar el maltrato y la sobrepoblación de animalitos sin hogar”, nos comentó el alcalde de Carolina, José Carlos Aponte quien además confesó ser un “pet lover”.

En el grupo hubo novatos y chicos que han participado en años anteriores con su mascota, pero, que quisieron repetir la experiencia. Para Denzel Y. Lebrón este fue su primer año participando con Lara, una Golden Doodle de 6 meses. “Yo quería que aprendiera a hacerme caso y que cuando viera a otros perros no se descontrolara. Ella es grande, pero yo quería poder pasearla y hacer más cosas con ella. Ya hemos logrado mucho y ya me hace caso, y no se les tira encima a otros perros”, aseguró muy orgullosos Denzel.

Igual es el caso de Alondra Mieses quien a sus once años compartió la experiencia junto a su perrito Pipo. Aunque Pipo es el chico “senior” del Can-pamento, su dueña asegura que ha logrado hacer muchas de las cosas juntos. “Es un poco difícil porque es viejito; tiene 9 años, pero poco a poco lo estamos haciendo todo muy bien. Yo lo amo mucho porque lo tengo desde que yo tenía dos años”, nos confesó mientras lo llenaba de besos y de mimos tras lograr hacer la carrera de obstáculos.

“El reto mayor es lograr que ejecuten los comandos básicos que le da el niño y que jueguen juntos en la carrera de obstáculos tal y como lo hacen los profesionales en las competencias a nivel internacional. Pero también le vamos estableciendo conciencia sobre la importancia de la adopción y la esterilización, el respeto, el amor y los cuidados que todo ser humano le debe de brindar a los animales”, nos explica la instructora Giovanna Álvarez.

Las actividades del campamento de verano comenzaron con las destrezas de socialización y de “lograr que el grupo de perros se convirtiera en una manada para poder trabajar juntos”, añadió Jan Castro, joven líder del campamento. Manualidades, aseo del perro, alimentación correcta, destrezas como la de caminar con su cuerda, sentarse, permanecer quieto, dar la patita y acostarse fueron parte de las destrezas aprendidas por el grupo de niños. El Can-Pamento culminó con una demostración por parte de los participantes y la entrega del diploma y de la foto oficial del “manejador y su perro”.