Opinión: ¡Eran bromas, Señor!

22 Feb

Juan José Díaz Díaz
Especial para Presencia

El pasado 2 de enero juramentó el Dr. Ricardo Rosselló Nevares como gobernador de Puerto Rico y, ese mismo día, las carreteras de toda la isla se llenaron de boquetes. Aparentemente, para muchos politiqueros, de 2013 a 2016 tuvimos solo carreteras en perfectas condiciones, por lo que no se escucharon protestas ni reclamos por camones doblados, gomas reventadas, ni trenes delanteros afectados. Sí, todo estaba perfecto, hasta que llegó el PNP, y miles de kilómetros de carreteras se dañaron, provocando una ola de quejas a través de todos los medios de comunicación.

Juan José Díaz Díaz. (Foto/Suministrada)

Pocas cosas en Puerto Rico son tan consistentes, como las inconsistencias de los politiqueros.”

Lo mismo sucedió con la ola criminal. El 2016 fue un año desastroso en términos de los asesinatos, con un aumento constante mes tras mes, pero no fue hasta el 2 de enero de 2017, cuando empezaron a reclamarle a la superintendente de la Policía, por el aumento en el renglón de asesinatos en la Isla. Así, podría dar muchos ejemplos de cómo, cuando gobierna el PNP, tenemos a Tito Kayak, y cuando gobierna el PPD, tenemos a Tito Callao. Sin embargo, creo que donde los politiqueros han botado la bola, es en el tema de la Junta de Control Fiscal.

Desde que se mencionó la mera posibilidad de que se aprobara una Junta de Control Fiscal Federal (JCF), el primero que se opuso y la combatió, fue el Dr. Ricardo Rosselló Nevares. Mientras la mayoría del pueblo, según los sondeos, apoyaba la idea de que nos impusieran la JCF, y el gobernador de entonces la promovía, Rosselló insistía en que no nos convenía, que era antidemocrática, y que podría ser hasta peligrosa.

¡Ah!, pero venían unas primarias y unas elecciones generales, así que aquellos que ahora acampan frente al tribunal federal en protesta por la JCF, guardaron silencio. Prefirieron hacer cruces y rosas con pencas de palmas, y repartirlas con un mensaje de paz mundial, en lugar de combatirla… “para no darle la razón a Rosselló.” Lo mismo sucedió con los estudiantes de la UPR, que guardaron la candela y las latas de comida de perro, y ninguno de ellos se le paró de frente a Alejandro García Padilla para reclamarle por promover la imposición de una Junta de Control Fiscal. Créanme, que la lista de grupos, movimientos y organizaciones que no tuvieron la babilla para protestar contra la JCF, y hasta coquetearon con ella, solo porque no querían reconocer que el Dr. Ricardo Rosselló Nevares tenía razón, es bien larga. Ahora, cuando la Junta de Control Fiscal dice que hay que recortar $300 millones de la UPR, reducir pensiones y despedir empleados públicos, entre otras medidas de austeridad en el gobierno de Puerto Rico, montan campamentos, piquetean frente a hoteles y bancos, y se esfuerzan por combatirla. La verdad es que, directa e indirectamente, promovieron la JCF, por razones politiqueras, y ahora están arrepentidos.

Hicieron como los feligreses que cantaban en la iglesia, aquel corito pegajoso que decía: “¡Manda fuego, Señor! ¡Manda fuego, Señor!” Entonces, una vela se cayó y las cortinas empezaron a quemarse por toda la iglesia, por lo que cambiaron el corito por: “¡Eran bromas, Señor! ¡Eran bromas, Señor!”