Opinión: Todo comienza conmigo… Lideremos con congruencia y nuestro ejemplo

09 Apr

Tomás Ramírez

Hotelero y pasado presidente de la Asociación de Paradores de PR

Durante las pasadas cinco semanas, hemos visto cómo el progreso colectivo de nuestro pueblo, obtenido mediante meses de encierro y limitaciones, se nos escapa como el agua entre los dedos. El comportamiento irresponsable de un grupo minoritario de ciudadanos y comerciantes ha causado un aumento de sobre 100 por ciento en el índice de positividad y en las hospitalizaciones; colocándonos a un paso del nivel más alto de riesgo. Los datos del sistema de rastreo reflejan que sobre el 93% de los brotes ocurren en actividades y reuniones de amigos y familiares.

Asertivamente, nuestros médicos y epidemiólogos claman por más restricciones y señalan recomendaciones específicas dirigidas a ciertas actividades económicas; mientras ignoramos la raíz-causa del problema; la falta de una campaña de educación masiva y sostenida dirigida a grupos específicos, junto a un sistema integrado de vigilancia, con consecuencias serias.

Apoyamos las acciones tomadas por nuestro Gobernador en la nueva Orden Ejecutiva; mientras reconocemos que estas restricciones son necesarias y pudieron ser más abarcadoras; y afectaran negativamente a muchos comercios que han estado en cumplimiento, y a sus empleados.

Al mismo tiempo, necesitamos liderar con congruencia y nuestro ejemplo; y todos los sectores, gubernamentales y comerciales, somos responsables de modelar y cumplir con las nuevas guías de convivencia comunitaria, impuestas por la pandemia. 

¿Cómo podemos explicar la aglomeración y las acciones anti salubristas que vimos en el Capitolio, previo y luego del Mensaje de Situación del Estado? Son incongruentes; y en muy poco se distancian de lo ocurrido en el Islote de Caracoles, la boda de Vega Baja, y en un restaurante en Ponce.

Ante estos retos, por meses, le hemos propuesto a las agencias pertinentes, implantar una campaña masiva y sostenida de educación, dirigida a las personas en las edades de 18 a 40 años, sin éxito. Buscamos un cambio cultural y de comportamiento que requiere mucha repetición y seguimiento. Este grupo multigeneracional ha demostrado consistentemente el mayor nivel de incumplimiento con las nuevas normas de convivencia comunitaria, y los datos de nuestros sistemas de salud y rastreo apoyan y justifican esta inversión. 

Esta educación, debe estar reforzada por nuestros comerciantes y lideres municipales.  Los comerciantes tenemos la responsabilidad de mantener y enforzar las normas salubristas requeridas entre los empleados y clientes, dentro y alrededor de nuestros establecimientos; mientras que los alcaldes y alcaldesas tienen la capacidad de amplificar la orientación y las sanciones a todo aquel ciudadano o comerciante en su municipio que no esté dispuesto a cumplir las normas de convivencia comunitaria. Ambos grupos están en una posición de influencia, y pueden estimular, con su ejemplo, un comportamiento más responsable. La consigna debe ser sencilla; “si no puedes cumplir y hacer tu parte, nos reservamos el derecho de admisión”.

Sin duda, como empresario PYME en el sector turístico, apoyamos el proceso de reapertura comercial que llevamos, y anhelamos volver a la normalidad lo antes posible. Esto es alcanzable, facilitando acciones responsables y congruentes a través del camino hacia la recuperación sostenible de nuestra maltrecha economía.

Estamos a mitad de esta guerra y cada batalla es importante. Mientras avanza el proceso de vacunación, nos corresponde a todos, contribuir activamente, manteniendo las mejores prácticas salubristas, a nivel individual y en cada residencia, comercio, calle, barrio y municipio. Un retroceso en la reapertura económica sería fatal para muchas empresas y sus empleados. Nadie desea más restricciones, y mucho menos un nuevo cierre económico como está sucediendo en Brasil y Francia.  Todo comienza conmigo… y para vencer nos toca a todos liderar con congruencia y nuestro ejemplo.