Reflexión: Amor al prójimo

20 Jul
(Foto/Archivo)

José Luis López
Evangelista

¡Amados hermanos en Cristo! Cuando hablamos del amor al prójimo, nos referimos a compadecerse, ser empático, y, sobre todo, honrar a quién lo necesite. Hoy día, vemos que nuestra sociedad vive momentos difíciles en el aspecto social, emocional, y financiero. Soy consciente del comportamiento que tiene la ciudadanía ante esos temas que nos abaten día a día.

Me baso con este asunto, particularmente con los deambulantes. Cuántos no hemos visto estas personas pidiendo en las carreteras, pidiendo comida, durmiendo en bancos de los parques, y, ¿cuál es la actitud del ciudadano? apatía, repulsión. ¿Dónde está la hospitalidad que caracteriza al puertorriqueño, cuando los extranjeros nos visitan? Se les tratan como reyes del mundo, hay que tenerles la alfombra roja para que no ensucien sus pies. Personalmente, existe una hipocresía tan marcada, que si no ven dinero, no están complacidos. Fui testigo de conocer a un deambulante, nos conocíamos mucho tiempo, y, cayó en las calles. Fue empleado en la empresa pública y privada, y siempre ha ayudado a las personas que le pedían ayuda. Fue desahuciado, perdió todo, hasta la familia lo olvidó. Estuvo en sala de emergencia muchas veces, su salud estaba deteriorada. Tuve la oportunidad de ayudarle, e inclusive traté de buscar techo para que no estuviera durmiendo en un banco de cemento. Nunca se dió. Un día, cuando lo saludé, le decía: “¡Estamos pendiente a lo suyo!” Y me señalaba: “YES!” (pulgar arriba). Ese mismo día, por la noche, pasaba por la calle Loíza, en Santurce, y noté el encintado de la policía cerca de la farmacia Mercier, y cuando verificaba quién había muerto…era él. Falleció de ataque cardíaco y septicemia. Antenoche, vi otro hombre, que pedía comida en un supermercado; a nadie le importó su condición. Entonces, una amiga que fue a comprar, le llevó alimento para que pasara la noche. Estaba muy agradecido. Lo que traigo es que: ¿DÓNDE ESTÁ EL AMOR QUE DECIMOS TENER AL PRÓJIMO?

Dios nos está velando TODOS LOS DÍAS, al pueblo que Él mismo escogió para su gloria y honra, y, con este comportamiento de exaltamos? No importa qué denominación profeses, todos somos hijos del altísimo, del rey de reyes, dios de dioses, señor de señores. ¿Qué le contestarás cuando mire tu libro de la vida en el trono celestial, y no vea ninguna obra que le glorifique? Si crees que iras al cielo, no te vistas, que no vas.
1Corintios13: 7. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
¡Cristo les sigue amando abundantemente!