Reflexión: Cuando Dios dice no o espera

21 Mar

(Foto/Archivo)

Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.

Dios siempre permite procesos en nuestra vida para nuestro crecimiento espiritual y para probar nuestra obediencia a Él. Hay momentos en que tomamos decisiones dejándonos llevar por razonamientos intelectuales y lógica humana, sin saberlo nuestras decisiones traen malos resultados y acarrean consecuencias.

En medio de todo esto está Dios socorriéndonos, haciéndonos un llamado, hablándonos y corrigiéndonos constantemente porque Dios siendo nuestro Padre nos ama y nos corrige. El enemigo puede ser muy sutil para engañarnos, pero mayor es Dios quien hará todo lo necesario para traer luz a nuestro camino. Todos tenemos peticiones y anhelos que quisiéramos recibir de manera inmediata, pero debemos entender el proceso por el cual Dios nos enseña y va moldeando nuestro carácter. Hay cosas que no entendemos, pero nos toca ser fieles a quien un día nos llamó. El proceso es necesario para nuestro crecimiento. Es en este tiempo que conocemos quiénes somos, qué nos falta corregir y entramos en un nivel más profundo de cercanía con el Señor. El proceso es una prueba de Dios en que aprendemos de nuestros errores, nos fortalecemos y nos levantamos para seguir adelante.

Aunque parezca que hubo un retroceso no es así porque Dios no se detiene, Él sigue obrando en medio de las circunstancias. Llega el momento en que después de haber luchado con nuestras propias fuerzas Él nos detiene y abre nuestros ojos y nos dice no, todavía no es el tiempo de recibir esa petición porque es en mi tiempo no en el tuyo. Nuestro deber es ser obedientes a su palabra y permanecer firmes, creyéndole a Él y entonces cuando hagamos esto llega el tiempo de Dios y recibimos las peticiones a nuestras oraciones. Cuando entramos en el orden de Dios y caminamos en obediencia, Dios abre los cielos y nos muestra que siempre estuvo con nosotros en medio del proceso. Dios permite el proceso y nos prepara para recibir lo que tiene para nosotros, aunque haya pasado mucho tiempo confía, porque pronto llegará el tiempo de Dios para tu vida.