Reflexión: Dios es bueno

08 Apr

Drs. Carlos y Vidalina Echevarría
Psicólogos, pastores y consejeros cristianos

Dios está presente y no está callado, decía el conocido escritor Francis Schaeffer. Los seres humanos siempre estamos en la búsqueda de la verdad y de la realidad de la vida espiritual. Somos seres espirituales que tenemos un cuerpo físico y un alma donde nuestras emociones están constantemente huyendo en nuestra mente. Cuando Dios nos creó nos hizo de acuerdo a su semejanza y nuestro cuerpo fue el mismo que el dio a Jesús su hijo. Dios nunca se apartó del hombre, fue el mismo hombre por su desobediencia que se apartó de Dios, pero Dios siempre lo busca y le habla porque él es un Dios personal que se relaciona con sus hijos.

Llevemos nuestra mente en un viaje hacia Betania.  Allí se está celebrando un entierro y Jesús llega porque había muerto su amigo Lázaro. Todos esperaban su llegara a despedir a su buen amigo. Pero lo que Jesús hizo, ante la tumba de su amigo, causó revuelo en aquel momento y hubiera agitado también a nuestra sociedad en el día de hoy. Jesús llegó frente a la tumba y aquel que se dice Dios permanece mirándola y el idioma griego nos dice que experimentó dos emociones. La primera fue llanto por su amigo Lázaro y la segunda emoción fue una ira ciega porque estaba furioso con el demonio, y podía estarlo con el demonio de la muerte y su crueldad. Mirémoslo en el contexto del siglo presente, Jesús se enojó con el demonio por hacer caer a Adán como cabeza del pacto y lo hizo a través de Eva porque ella no era la cabeza del pacto y no tenía el mismo sentido de responsabilidad. Como consecuencia, vivieron la crueldad de la muerte. No era la voluntad de Dios que el hombre desobedeciera y muriera, lo normal era que el hombre obedeciera a Dios y viviera para siempre, por eso Dios puso eternidad en el hombre. 

Nosotros como cristianos debemos estar en primera fila de lucha en los resultados contra la crueldad del hombre, porque sabemos que esa no es la voluntad de Dios al crearnos a su imagen y semejanza.  El carácter de Dios es uno de bondad, moral absoluta, y de amor. Dios es bueno (San Juan 11:28-37).

Dios mismo y su carácter nos hablan hoy; Jesús no solamente tenía que estar allí, necesitaba exponer su carácter y la relación positiva de que él era Dios en Cristo. Dios en Cristo no tenía que estar allí, pero habló para que nosotros los cristianos entendamos que tenemos que abrir nuestro corazón y levantar nuestras manos como seres humanos creados a la imagen de Dios y seguidores de Cristo.  Reconocer que Dios siempre habla, así como a través de la muerte de Lázaro habló a aquella gente que habían olvidado todos los milagros que él había hecho.

Estamos en la semana mayor, reconozcamos que esa cruz nos habla del sacrificio de Cristo por nosotros para que tengamos esa vida eterna que Dios tiene para los que le aman y reconocen que Jesús venció al demonio de la muerte, en la resurrección de Lázaro y en la resurrección de Cristo.  Que nosotros como Cristo podamos hablar de la tumba que está vacía porque Cristo venció la muerte. ¡Aleluya! Cristo vive y nosotros los que creemos en él también viviremos eternamente porque tenemos vida después de la muerte. Recordemos que Dios está presente en nuestras vidas y atento a todo lo que hacemos o dejamos de hacer.  Que cuando vayas a su presencia y te pregunte ¿qué hiciste con mi hijo Jesús?  puedas decirle, lo recibí como mi Señor y Salvador, creo en Dios Señor del universo y en Jesucristo su hijo que murió por mí en la cruz del calvario para hacerme libre, y él te dirá entra al gozo de tu Señor. 

¡Que Dios te bendiga rica y abundantemente!