Reflexión: Disfruta la vida pero guarda tu corazón

18 Nov

(Foto/Archivo)

Dr.  Carlos & Vidalina Echevarría
Psicólogos, pastores & consejeros

El mayor deseo de cada uno de nosotros es vivir y saber disfrutar la vida. Para ello, decimos hacer cualquier cosa aunque tengamos que empeñar todo nuestro tiempo. Ganar el dinero deseado es importante porque la estabilidad económica nos da muchas oportunidades en la vida y también un buen estatus social que nos permite ayudar a los nuestros y a los necesitados. Otros se dedican a ganar para guardar y su corazón está en el dinero adquirido. El dinero es necesario pero no siempre nos da el estilo de vida deseado, ni el disfrutar de la vida como esperamos. Muchos por el amor al dinero descuidan aún a su familia inmediata y son mezquinos con todo lo relacionado al dinero y aunque vean la necesidad de otros no se mueve su corazón para ayudar.

Eso puede haber sucedido con el joven rico de la parábola de Mateo 19:16-24. La Biblia nos cuenta de un joven que era rico, este había oído hablar a Jesús y había visto los milagros que hacía a los que le seguían. Este se acerca a Jesús y le dice: Maestro bueno ¿Qué bien haré para obtener la vida eterna? Jesús le contesta, ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno es bueno sino uno, Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿cuáles? Y Jesús le dijo: ¡No matarás! ¡No adulterarás! ¡No hurtarás! ¡No dirás falsos testimonios! ¡Honra a tu padre y a tu madre! y ¡amarás a tu prójimo como a ti mismo! El joven le dijo, todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: si quieres ser perfecto, anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres y tendrás tesoros en el cielo y ven y sígueme. Oyendo esto el joven se puso triste porque tenía muchas posesiones. Entonces, Jesús mirando a sus discípulos dijo: difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.

Analizando esta parábola podemos decir que Jesús sabía que él era conocedor de la ley pero no hacedor de ella. En su corazón, el joven no estaba dispuesto a dar del dinero que tenía porque este le daba seguridad. Reconocía que Jesús era hijo de Dios porque al llamarle maestro bueno él sabía que no hay nadie bueno sino Dios, porque solo Dios es bueno.

El Señor nos dice a nosotros hoy, si quieres ser perfecto, entrégame eso que te ata. Entrégame tu dinero, tu trabajo, tu negocio, tus preocupaciones. Entrégame tus hijos porque yo los amo más que tú. Reconoce que lo más importante en la vida no son los bienes que hayas almacenado, porque esto es efímero. Solo somos dueños del día de hoy, el ayer ya se fue y pídele a Dios su ayuda y sabiduría para vencer cada día.

Saca tiempo para ti mismo, descansa, cuídate, disfruta con tu familia, come saludable, haz ejercicios, deporte y a pesar de todo el trabajo que tengas dedícale un día al Señor. Saca tiempo para cuidarte y descansar porque tienes que renovar tus fuerzas, y tu abastecimiento de energías, porque nuestras terminales nerviosas pierden sus capas de mielina y nos ponemos muy sensibles a las tensiones que lleguen. Guarda tu corazón, acuérdate que cuando este deja de latir se acabó tu vida aquí. Por eso te decimos que sobre toda cosa que guardas, guardes tu corazón, porque del corazón mana la vida. mLa preocupación del joven rico era ¿Cuándo mi corazón deje de latir qué tengo que hacer para alcanzar la vida eterna? ¿Y tú ya sabes lo que tienes que hacer? Llena tu corazón de amor, que es la energía que nunca termina. 

Lee la Biblia. ¡Qué Dios te bendiga rica y abundantemente!