Reflexión: Entregad todo y descansar

12 Sep

Profeta-salmista Louis Nuñez
Israel con fuego puro, Venezuela

“Entrégale tus cargas al Señor, y él cuidará de ti; no permitirá que los justos tropiecen y caigan” – Salmos 55:22

“Dijo Jesús: Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso.” – Mateo 11:28

Pero con la vida que llevamos tan llenas de cosas y problemas, ¿cómo entregamos nuestras cargas a Dios para poder descansar, ¿cómo logramos llegar a esa paz que a veces parece inalcanzable?

Tenemos tantos problemas, tantas cosas que nos preocupan, tenemos problemas emocionales, económicos, en la familia, etcétera. Cuando escuchamos que tenemos que entregarle esos problemas a Dios, tenemos que entender que muchos de nosotros no sabemos hacer eso de forma correcta, y eso hace que sigamos dándole vueltas a este tema. Hoy vengo a decir que simplemente para muchos no es fácil entregarlo todo a Dios y que nos cuesta mucho hacer eso realmente, porque somos humanos y nos cuesta deshacernos y despegarnos de las cosas, no es por falta de fe, es porque nos cuesta abandonar algo que nos preocupa.

Por eso, nosotros tenemos que pedir a Dios ayuda para deshacernos de estas cosas que cargamos, y que ni siquiera sabemos que están allí, porque nos hemos acostumbrado a cargarlas e inconscientemente no hemos conseguido entregarlas realmente a Dios, por más que lo quisiéramos. Hay muchas cosas que llevamos en nuestro corazón de forma inconsciente, muchas cosas que nos hacen daño, que nos cuesta deshacernos de ellas y que pensamos que estas ya son parte de nosotros, pero no, Dios no quiere que lo sean.

Dios nos dice que, si estamos preocupados, entreguemos a Él nuestras preocupaciones para que nos guíe y nos ayude.

Dios nos dice que, si tenemos miedo, entreguemos a Él nuestros miedos para que nos de la paz que nuestro corazón necesita.

Dios nos dice que, si estamos fatigados, vayamos a Él para que nos brinde el descanso que necesitamos y la energía para que podamos seguir nuestro camino.

Dios nos dice que, si nos encontramos sin esperanzas y tristes, vayamos a Él y reconforta nuestra alma, nos llenará de nuevas esperanzas, nos levantará con nuevos propósitos, nuevos caminos y con sus promesas.

Dios nos dice que, si nos sentimos solos, recordemos que Él está con nosotros, que solo tenemos que acercarnos para sentir su compañía en nuestras vidas y su presencia.

Dios nos dice que, si nos sentimos culpables por cosas que hemos hecho mal, vayamos a Él, entreguemos nuestro arrepentimiento, y nos perdonará por el gran amor que tiene por nosotros.

Dios nos dice que, si somos atacados por injusticias, vayamos confiemos en él, porque él nos guiará por las sendas de la justicia, será nuestro defensor y nuestro abogado para librarnos de aquellos que nos quieren hacer daño.

 “El Señor es mi pastor; tengo todo lo que necesito.
 En verdes prados me deja descansar; me conduce junto a arroyos tranquilos.
 Él renueva mis fuerzas. Me guía por sendas correctas, y así da honra a su nombre.
 Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado.
 Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan.
 Me preparas un banquete en presencia de mis enemigos.
 Me honras ungiendo mi cabeza con aceite. Mi copa se desborda de bendiciones.
 Ciertamente tu bondad y tu amor inagotable me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor viviré por siempre.” – Salmo 23