Reflexión: Gracias Dios por la vida y por tus bendiciones

24 Nov

(Foto/Archivo)

Drs.  Carlos y Vidalina Echevarria
Psicólogos, Pastores & Consejeros

Damos gracias a nuestro bendito Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.  Dios nuestro creador nos ha dado el regalo de la vida.  Nos ha dado un alma, un cuerpo y un espíritu para que nos comuniquemos con él (1 Tesalonicenses 5:23).  El cuerpo que Dios nos dio fue el mismo que dio a su hijo Jesucristo. Somos bendecidos, seamos agradecidos por la vida y el cuidado que Dios tiene de nosotros en cada minuto.

Por un momento, detengámonos a pensar en nosotros, tenemos un cuerpo maravilloso y bendecido. Realicemos que es un cuerpo que se cuida a sí mismo.  Respiran los pulmones por si mismo, late su corazón, circula su sangre, el estómago digiere la comida que le damos y todo esto lo tenemos y no lo reconocemos ni valoramos muchas veces. Demos gracias a Dios que no tenemos que preocuparnos porque Él tiene cuidado de nosotros, y cuando nos creó dijo que éramos la corona de su creación.  Gracias Dios porque somos una creación perfecta.   Pero la pregunta es ¿qué hubiera sido de nosotros si hubiéramos tenido que estar pendientes de cada una de las funciones de esos órganos de nuestro cuerpo?  Un ejemplo de esto, Imagínate que estás tan ocupado que se te olvida respirar, o tan enojado que la ira hace que se te acelere el corazón y te acuestas sin chequearlo y te mueres.  Imagínate que se te olvide convertir la comida del sistema digestivo en sangre, clasificar todos los elementos y enviarlos a donde son necesarios como: los huesos, la piel, los oídos y no nos damos cuenta de esto. Dios hizo al cuerpo para que lo haga por ti y por mí.  Nosotros agradezcamos a Dios que no tenemos el cuerpo bajo nuestro cuidado y podemos estar tranquilos.

¿Y que del cerebro? Es la mejor computadora del mundo.  En nuestro pequeño cráneo, se aloja el cerebro y cuando nacemos tenemos el mayor número de neuronas y células nerviosas (más de cien mil millones) que se forman durante el periodo prenatal, pero esa cantidad comienza a disminuir de inmediato, no así las demás células del cuerpo que constantemente está formando células nuevas.  ¿Y qué de la conciencia? Esa que nos hace ser lo que somos y darnos cuenta de lo que hacemos y de sus causas y efectos.  Salmos 16:7 dice: Bendeciré a Jehová que me aconseja; y aún en las noches me enseña  mi conciencia.  La conciencia también nos acusa como acusó a los hombres que querían apedrear a la mujer adultera.  Cuando Jesús escribió en la tierra la conciencia los acusó y se fueron (Juan 8:9).  Pidamos a Dios que podamos decir como dijo el Apóstol Pablo cuando estuvo ante el concilio, yo, con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy (Hechos 23:1).  En resumen, el cuerpo es un  bello regalo que Dios nos ha dado, debemos de cuidarlo y escucharlo, porque nos habla.  A veces te dice no comas eso, y la mente te dice, humm, está bueno. Cuida tu cuerpo y amalo. Es regalo de Dios, se agradecido y cuídalo.