Reforma

11 Nov

Rvda. Arelis Cardona

Renovar – Cambiar – Transformar – Corregir – Enmendar – Mejorar – Progresar – Revisar – Restaurar – son algunos de los sinónimos para REFORMAR.

(Foto/Suministrada)
(Foto/Suministrada)

Hace 499 años la cristiandad confrontó el mayor movimiento de REFORMA en toda la historia. El 31 de octubre de 1517, Martín Lutero, con el llamado a procurar todas las anteriores, escribió un documento que colocó sobre el tablón de edictos del pueblo, que no era otro, que las puertas de la iglesia. Sus 95 querellas, quejas, ideas o tesis constituían una invitación al diálogo.

¿Cuándo fue la última vez que hablaste contigo mismo o contigo misma?  Tal vez tú también te sientas inconforme.  Si es así, prepara tu lista. Colócala sobre el espejo de tu cuarto y comienza ese proceso necesario de evaluación e invitación al cambio.

Lo que conocemos como la Reforma Protestante fue un largo proceso de revisión y estudio de la Palabra que provocó profundos y significativos cambios. No sucedió de un día para otro. La necesidad de reformar la cristiandad ya había surgido en el corazón de otras personas que fueron tronchadas antes de desarrollarse.  Tomó años, costó vidas, cambio el rumbo de la política de lo que hoy es una gran nación. Influenció, además, la economía, la educación, la música sacra, la liturgia, la teología y la fe.

Como en los tiempos del Rey Josías, (2 Reyes 23), la reforma que el Señor procura en nuestras vidas también es de bendición.

En mayo del 2013 tuve la oportunidad de visitar Wittemberg, el pueblo de Lutero.  Caminando por las calles de la ciudad antigua, observando puertas, púlpitos e iglesias y el castillo, visitando las casas de Lutero y de Melanton, experimenté renovación personal y espiritual.

Reformar – Renovar – Cambiar – Transformar – Corregir – Enmendar – Mejorar – Progresar – Revisar – Restaurar –  tareas que debe ser prioritarias en la vida del cristiano. No se conformen, dice el apóstol Pablo. Cambien su manera de pensar para que cambie su manera de vivir (Romanos 12:1-3 DHH). No le temas a las reformas de Dios, Él las propicia para bendecir.