Salud vaginal según tu edad

08 Mar
(Foto/Suministrada)

Como es lógico, tu salud vaginal no será la misma a los 20 que a los 50 años, por lo que debes saber a qué atenerte en cada etapa. A medida que envejeces, tu cuerpo pasa por muchos cambios, que también incluyen a tu vagina.

Para mantener la salud vaginal es importante que la conozcas y tengas claro qué es lo que le está pasando en cada etapa.

Tu salud vaginal a los 20

Esta es una de las mejores etapas de la vida, tanto para ti como para tu vagina; y esto se debe principalmente a tus hormonas sexuales.

El estrógeno, la progesterona y la testosterona se encuentran en uno de sus picos más altos. El estrógeno, es el que se encarga de que tu vagina esté siempre lubricada, elástica y con un nivel de acidez saludable.

Por otro lado, con la libido sexual tan alta que se tiene al rondar los 20, probablemente tu vida sexual sea muy activa. Esto aumenta el riesgo de tener infecciones del tracto urinario que son causadas por las bacterias que viajan desde la vagina hacia la uretra.

Para minimizar este riesgo es importante que orines tan pronto tengas la oportunidad luego de tener relaciones sexuales. De este modo harás que las bacterias salgan de tu vagina.

En esta etapa de tu vida, tu vagina realizará por sí misma la tarea de limpieza. Esto lo hace produciendo una secreción blanca o clara que le ayuda a eliminar las bacterias.

A menos que tengas dolor durante las relaciones sexuales, picazón, irritación o secreciones malolientes, el cuidado de tu salud vaginal deberá basarse en limpiarla diariamente con agua y un jabón suave.

En esta etapa debes visitar una vez al año a tu ginecólogo.

Tu salud vaginal a los 30

Esta etapa de la vida viene acompañada del oscurecimiento de los labios menores debido a los cambios que ocurren en tu cuerpo a nivel hormonal.

Si quedas embarazada, el flujo de tu vagina puede aumentar y tener un aspecto lechoso, que suele tener un olor suave. Todo está bien siempre que el color no sea verde, amarillento o tenga mal olor. Después del parto, tu vagina puede perder algo de elasticidad debido al proceso traumático que representa para esa zona.

Es probable que esté un poco más estirada de lo habitual al inicio, pero normalmente suele recuperar en gran medida su tamaño.

Por otro lado, si estás tomando anticonceptivos orales, puedes presentar aumento en la secreción vaginal, sequedad y sangrado por disrupción. Estos síntomas suelen resolverse por sí solos.

No obstante, si persisten, es mejor que consultes con tu médico para que te recomiende los anticonceptivos que menos afecten tu salud vaginal.

Tu salud vaginal a los 40

Por cortesía de la premenopausia, tu vagina pasará por cambios significativos.

A medida que los niveles de estrógeno caen, las paredes de tu vagina se volverán más delgadas y secas. A esto se le llama atrofia vaginal.

Tener relaciones sexuales con regularidad permitirá que tu salud vaginal se vea beneficiada. Esto se debe a que el flujo sanguíneo hacia la vagina aumenta y la mantiene elástica.

Por otro lado, puedes aplicar cremas hidratantes vaginales o cremas de estrógeno para combatir la sequedad si tienes este problema.

En caso de preferir un tratamiento más natural puedes probar a aplicar un poco de aceite de oliva o de coco para ayudarte a mantener la hidratación de tu vagina.

Tu salud vaginal a los 50 y más

Para esta etapa es probable que ya no tengas la menstruación y que tus reservas de estrógeno estén bajas o agotadas. Tu vulva puede parecer encogida y puedes sufrir de atrofia vaginal.

La acidez de tu vagina también puede verse afectada, y puede aumentar el riesgo de sufrir infecciones por el crecimiento de bacterias.

Además, el estrógeno bajo también puede afectar tu tracto urinario y la atrofia vaginal puede ocurrir en la uretra. Esto da lugar a goteos de orina y a la vejiga hiperactiva.

Otra preocupación son los prolapsos vaginales, que se producen cuando la totalidad o parte del canal vaginal caen sobre la abertura de la vagina. En este problema se ven afectados la vejiga, el recto y el útero.

Para tratar el prolapso es recomendable hacer ejercicios para el suelo pélvico, la inserción de un dispositivo de apoyo para mantener el área en su lugar o, como último recurso, la cirugía.